martes, 22 de marzo de 2016

PROBLEMA EDUCATIVO: LOS POLÍTICOS NO SE ENTERAN


De todas las conclusiones que pueden sacarse de ver el programa de ayer de Cintora en Cuatro sobre los deberes, me quedo con dos. La primera es que los deberes son la punta del iceberg del problema educativo de nuestro país. La segunda es que los políticos no se enteran.

Cuando entraron en escena parecía que le había dado sin querer al mando a distancia y había cambiado de canal. Parecía que estaba viendo otro programa distinto en el que estaban hablando de un tema diferente. Las únicas propuestas serias y útiles fueron las de reducir el ratio de alumnos por aula y aumentar el presupuesto para educación. El resto fueron un patinazo tras otro. El problema es el de siempre: los políticos viven en su mundo, un mundo paralelo que no tiene nada que ver con el real. Me pregunto que fue antes: el huevo o la gallina. Es decir: ¿para ser político hay que estar alejado de la realidad? o ¿ser político te aleja de ésta?

Es una pena y una vergüenza comprobar el desconocimiento que muestran a cerca del área en la que deberían ser expertos. No saben de lo que hablan porque no le han preguntado a quienes si saben, que son los afectados directamente por este asunto: en primer lugar los alumnos y luego padres y profesores. 



¡Y mira que es fácil! Testimonios como el del psicólogo que salió en el programa, Javier Blumenfeld, que habló de promover el aprendizaje por medio del placer y no por obligación, son muy esclarecedores de los motivos que nos llevan a estar como estamos respecto a la educación.

Si los políticos se molestasen en investigar a fondo sobre este asunto se darían cuenta de que no se trata de un problema de cantidad sino de calidad. La solución al fracaso escolar no pasa por aumentar los años de escolarización por arriba o por abajo. La solución no pasa por empezar el cole antes y acabarlo después como promovían ellos. Se trata de ver qué ocurre en la escuela, de analizar qué se enseña y cómo se enseña.

Las preguntas que habría que hacerse son:
  • ¿Son útiles e interesantes los contenidos que se imparten?
  • ¿Es amena y entretenida la forma de transmitir esos conocimientos?
  • ¿Es en definitiva gratificante para los niños ir a la escuela?
La respuesta a estas preguntas es un NO rotundo. La explicación a esto se encuentra tanto en los programas educativos que han venido imponiendo los distintos gobiernos como en la metodología desfasada que aún utilizan la mayoría de los profesores, de los que el sin par Alberto Royo es un claro exponente, mientras que Cesar Bona sería la excepción.

No consigo entender además la obsesión de los nuevos partidos con la escolarización de “0 a 3 años”. Esta medida, desde mi punto de vista equivocada, porque no tiene en cuenta las necesidades básicas de los bebés, puede ser un parche al problema de la conciliación pero no tiene nada que ver con la educación. Porque los niños de esas edades están en periodo de crianza, lo que no tiene nada que ver con aprender inglés, a leer o matemáticas. Creo que quienes defienden esta medida, o no tienen hijos, o han pasado de puntillas por la paternidad, sin llegar a enterarse de lo que sentían y necesitaban sus bebés.

Con todo mi respeto a los profesionales de la puericultura, me gustaría recalcar, que su misión no es educativa. Su labor consiste en distraer la atención de los niños para que no se acuerden demasiado de sus padres durante el tiempo que están separados de ellos y que así sufran menos. Los primeros meses, el cuidado – que no educación – de los bebés consiste en satisfacer sus necesidades fisiológicas, esto es, darles de comer, cambiarles el pañal y en el mejor de los casos cogerles en brazos, darles mimos y acompañarles durante el sueño. Cuando ya cogen cosas con las manitas, hay que tener cuidado con lo que se llevan a la boca. Cuando gatean, hay que intentar evitar que no se rompan la crisma contra una esquina. Cuando ya hablan y andan, a lo máximo que se puede aspirar es a que jueguen un rato con otros niños sin que se saquen los ojos los unos a los otros al pelearse por los juguetes, y como mucho a que aprendan a coger bien el lápiz para hacer infinitos rayajos en una hoja de papel.

Las personas más adecuadas para acompañar a los niños entre 0 y 3 años en su evolución y desarrollo son sus propios padres. Las guarderías son sucedáneos que dejan mucho que desear. Los niños de 0 a 3 años necesitan el cariño, la compañía y la protección de un adulto y libertad para investigar y descubrir el mundo de una forma segura, por sus propios medios y a su ritmo. No necesitan estímulos más allá de contarles cuentos, cantarles canciones y dejarles jugar en el arenero ensuciándose a placer.

Llevar a los niños a la guardería es la única alternativa para aquellos padres que necesitan trabajar y no tienen con quien dejar a los niños. Pero ir a una guardería y hacerlo muy pronto, no garantiza de ninguna manera que los niños logren una mayor capacidad de aprendizaje, ni un mayor interés por el mismo. La guardería además tiene su coste: problemas de vínculo con las figuras de apego (el roce hace el cariño…) y emocionales por la separación temprana, que sin duda pueden influir en el posterior rendimiento académico de los niños, justo lo contrario de lo que supuestamente se persigue con esta medida.

Por otro lado, las medidas orientadas al desarrollo de la FP o la mejora de la Universidad, además de poner de manifiesto que lo que le importa al Estado no es el bienestar de la sociedad sino la creación de obreros eficientes, no tiene ningún sentido en el actual estado de las cosas. 

Sres. Políticos: ¡los niños desertan! Los niños abandonan el colegio. No tienen interés por estudiar porque el sistema no les motiva. Los niños tiran la toalla mucho antes de llegar a una posible formación profesional o carrera universitaria. El problema está en la escuela primaria y secundaria. Eso es lo que hay que modificar. Solucionado el problema de base, lo demás vendrá todo rodado, pues serán los propios niños de mayores los que detecten las deficiencias y reclamen mejoras.

La sensación que me ha quedado tras ver el programa y constatar lo perdidos que están nuestros políticos, es de frustración y desesperanza. Nos queda confiar en la fuerza de las iniciativas individuales, que aunque más lentamente, llevarán sin duda a un cambio, tan necesario como inevitable.

7 comentarios:

  1. Estoy muy de acuerdo en todo, pero la parte sobre 0-3 años es para enmarcarla.

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    1. Muchas gracias! A ver si espabilan los políticos y se enteran de algo... Un beso.

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  2. Jejeje, en menudo jardín entramos con lo de si las guarderías son guarderías o escuelas infantiles… Pero sí, básicamente estoy de acuerdo con tu planteamiento. Yo también lo veo así, y por eso me cuesta tanto entender la necesidad de que niños de apenas un año estén ya haciendo fichas guiadas y actividades programadas sistemáticamente con un horario de «asignaturas» que no sé si tiene algún sentido siquiera en los primeros cursos del colegio.

    Cada vez que en una discusión sobre conciliación alguien propone como solución la escolarización desde 0, me da pánico. No sé por qué hay esa manía de entender «conciliación» con quitarse a los niños de encima de forma más fácil. Yo lo que quiero es poder estar con mis hijos, no externalizar su crianza, que para eso no los he tenido.

    Decir lo que dices de las guarderías no es políticamente correcto, pero que no lo consideremos parte del sistema educativo formal como tal, no quiere decir que cuidar de los niños no sea una responsabilidad valiosísima. ¡Pero si son lo más importante que tenemos! Pero totalmente de acuerdo: lo que son es una alternativa o un parche a un problema que tenemos; otra cosa es que queramos auto-justificarnos para sentirnos mejor.

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    1. Las labores de cuidado en general, ya sea de adultos o bebés, son una labor muy importante. Pero la sensación que tengo es que se valora tanto en cuanto se haya externalizado y se pague por ellas, si las hacemos los familiares voluntaria y gratuitamente entonces ya no son tan difíciles ni importantes. Por otra parte lo haga quien lo haga debe hacerse bien, y tal y como están planteadas las guarderías en España, con tantos niños por cuidadora, es imposible que se les brinde un cuidado de calidad.
      Un saludo.

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  3. Hola!!! Yo trabajo en una guardería o escuela infantil, me da igual como se llame.. estoy de acuerdo contigo en algunas cosas y en otras no. Pero no me voy a enrollar pues es un tema para hablarlo cara a cara más que por palabra escrita. Pero quiero decirte que de esa incultura política sobre la educación se benefician la gran mayoría de los padres. Pues la educación para desgracia humana se creen que empiezan en la guardé y no en casa. Y créeme yo de eso se mucho. Podría contarte que en mi trabajo además de dar cariño, cambiar pañales, etc preparamos a los peques para el mundo puesto que en casa no saben.. eso es lo que nos dicen... repito seria para hablarlo cara cara... cambiarias un poco la idea de guardería si yo te contarás mil batallas.en la mía enseñamos y se aprende las cosas que no se enseñan en casa.. LA EMPUEZA EEDUCACIONEMPUEZA.. SALYDOS

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    1. Unos de los "enemigos" de la paternidad son la ignorancia y la inseguridad. Nadie nos enseña a ser padres y hay mil teorías diferentes e incluso contradictorias sobre como deben hacerse las cosas, por lo que a veces buscar información u opiniones puede hacer que nos liemos más de lo que estamos. Por otra parte, todo el mundo opina y se cree con derecho a decirte su opinión aún cuando no se la has pedido y te pueden llover críticas por todos los lados. Eso aumenta la inseguridad y hace que muchos padres prefieran inhibirse y dejar su responsabilidad en las manos de otros. Creo sinceramente que por ahí van los tiros.

      Potenciar que llevemos a los niños tan pronto a la "escuela" no ayuda en nada a que recuperemos la confianza en nosotros mismos, en nuestra labor y que cojamos las riendas de la crianza y la educación de nuestros hijos.

      Es igual que en el tema del parto. Si muchas mujeres le tienen miedo y creen que no van a ser capaces de parir ¿cuál sería la solución? ¿Ofrecerles a todas cesárea de primeras? Lo que habría que hacer sería ayudarlas resolviendo sus dudas y trabajando sus miedos. Lo mismo con la maternidad. Los padres necesitamos apoyo para hacer nuestra labor no que nos sustituyan.

      Un abrazo.

      PD: me gustaría conocer todas esas batallitas, seguro que darían para un post, jeje

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  4. Estimada señora:

    ¿Podría hacer una breve descripción de mi "metodología"? Es para comprobar si, como, dice, está "desfasada" y ponerme al día.

    Gracias.

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