lunes, 15 de junio de 2015

¿CONSIDERAS QUE TU PARTO FUE RESPETADO?

Muchas mujeres nos sentimos traumatizadas con nuestro parto no solo porque haya sido finalmente cesárea en lugar de parto vaginal, no tanto porque haya sido más o menos doloroso o largo y difícil, si no que muchas veces lo que convierte la experiencia en desagradable es no habernos sentido respetadas: que no nos hayan informado, escuchado, pedido permiso, etc. En definitiva habernos sentido “fuera” del parto, como una espectadora en lugar de la protagonista del mismo. Lo que más frustra es llegar a la conclusión de que no has tenido voz ni voto en tu parto, en el nacimiento de tu propio hijo, y que no te han permitido dar a luz por tus propios medios (cuando habrías sido muy probablemente capaz de hacerlo) sino que han extraído a tu bebé a la fuerza poniéndonos incluso en peligro a los dos durante el proceso.



Respetar el parto significa varias cosas:

1. Respetar la fisiología del parto, es decir, no hacer nada que vaya en contra de lo que el cuerpo de la mujer y su bebé necesitan para dar a luz.

2. Respetar los derechos de la mujer como paciente, es decir, informarla, pedir su consentimiento siempre y no hacerle nada sin él.

3. Respetar los deseos y necesidades de la mujer y el bebé.

Hay mujeres cuyos partos, si atendemos a estos parámetros, no han sido respetados y sin embargo no se sienten mal por ello. Creo que el problema se encuentra en la falta de información
  • No sabemos que aquello que nos hicieron no estuvo bien.
  • No sabemos que existe una manera “mejor” de hacer las cosas.
  • Consideramos “normales” cosas que no lo son.
  • Minimizamos la importancia y la peligrosidad de algunos hechos (como por ejemplo el de la operación de cesárea en sí).
  • Teníamos miedo al parto así que cerramos los ojos y nos dejamos hacer dándolo todo por bueno con tal de terminar ambos vivos.
  • Una vez que todo ha acabado tratamos de no pensar mucho en ello y pasar página rápidamente.
Aunque esto último sea un mecanismo de defensa y supervivencia lógico, comprensible y respetable, creo que si bien sirve a un propósito individual de evitación del dolor, nos hace un flaco favor al conjunto de todas las mujeres y a la humanidad en general. Conformarnos con lo primero que nos dan, no cuestionar nada, justificar o incluso alabar prácticas que no son adecuadas solo sirve para perpetuar una atención al parto mala que seguirá dañando en el futuro a muchas mujeres y bebés.

Teniendo en cuenta estos aspectos ¿podrías asegurar a día de hoy que tu parto fue respetado? Quizá pensarás que ahora a toro pasado da lo mismo lo que ocurriese, que no sirve de nada escarbar en el pasado, que lo que importa es que tienes a tu hijo y ahora os encontráis bien, pero personalmente creo que reflexionar sobre ello es un ejercicio muy saludable de cara a tus próximos partos, para que sepas que quieres o no repetir de lo que te ocurrió anteriormente y que sirve sobre todo para que puedas tener una opinión objetiva y veraz a cerca de lo que te pasó que poder comunicar a otras mujeres con las que te cruces que las ayude en su camino a la maternidad.

Por ello te animo a investigar, a preguntar, a reflexionar sobre tu experiencia.

¿Crees que todo lo que viviste era necesario?

¿Podría haber sido de otra manera?

¿Te hubiese gustado cambiar algo?

¿Qué cosas no te gustaron?

¿Cómo te sentiste durante el parto?

¿Y después?

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