domingo, 19 de septiembre de 2010

ENCUENTROS FURTIVOS


No soy capaz de encontrar en youtube un anuncio antiguo de Ikea en el que, una mujer desesperada, preguntaba a una dependienta por algo que le entretuviese un rato a los niños, y le proporcionase unos momentos de tranquilidad para poder charlar de cualquier cosa con su marido. ¿Sabéis al que me refiero?
El pediatra Carlos González decía hace poco en una entrevista lo siguiente:
“Cuando te casas todos están de acuerdo en que tu vida de soltero se acabó, no sé por qué nadie te dice, cuando tienes un hijo, que hay que hacer una despedida de pareja en el último mes de embarazo.”
Esta es una verdad como un templo, pues con los niños se acaba la vida en pareja, por lo menos tal y como era hasta ese momento. Y no es sólo porque se salga menos (o nada) o que para hacerlo se necesite una planificación mayor que la que hizo posible el Desembarco de Normandía.
Las citas románticas son lo de menos.
La cuestión es que se vuelve prácticamente imposible estar un rato a solas y poder simplemente hablar de nuestras cosas.
Por eso ahora, me encanta ir en coche a los sitios. Nosotros en los asientos delanteros, ellos en los traseros y de banda sonora “Lady Gaga” por petición popular. En esas circunstancias es cuando mi marido y yo podemos charlar largo y tendido del estado de la crisis, de las anécdotas de su trabajo o de las últimas noticias que nos llegan de nuestros amigos. Y esos momentos son reconfortantes y necesarios, pues nos recuerdan que a parte de padres, también somos personas, con nuestras ideas y aficiones que compartir con otros adultos.
Y no somos los únicos que, tras dormir a nuestros vástagos, quedamos como amantes furtivos en el salón de nuestro hogar, y silenciosamente, atenazados por el miedo a despertarles, aprovechamos para ver en la televisión alguna película o serie.
Cualquier cosa menos otro capítulo de Bob Esponja…
Hace poco Manel Fontdevila, el dibujante de El Jueves hablaba de esto en su tira de“La Parejita”.
¡Es que esos dibujos son como la vida misma!
El título de su última recopilación de historietas resume a la perfección como nos sentimos a veces…
Menos mal que nos lo tomamos con sentido del humor. ; )

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