lunes, 27 de julio de 2015

CONOCIENDO LAS EMOCIONES CON INSIDE OUT

Sin ninguna duda Inside Out es la película del verano. Yo he estado deseando verla desde que vi el trailer meses atrás y me ha gustado aunque no puedo decir que se haya colado entre mis favoritas, pues otras como Up, Enredados o Los Croods siguen gustándome más.

La forma en que se ha diseñado la mente humana y su funcionamiento es muy original y fácil de comprender. Describe de una manera muy sencilla algo complejo como es la manera en que procesamos las vivencias, las almacenamos en nuestra memoria y eso va conformando poco a poco nuestra personalidad. Creo que mis hijos de 6 y 9 años la han entendido y han disfrutado viéndola. Al salir del cine estuvimos comentando algunos de nuestros “recuerdos esenciales” y me asombré de la gran memoria que tiene mi hijo mayor, pues recuerda un montón de sucesos de cuando era realmente pequeño.

Lo que más nos gustó fue cuando mostraron la mente de un gato. Vimos el comportamiento de nuestro felino Poly fielmente reflejado: él no siente ni padece, simplemente está por aquí y a veces le dan voluntos sin justificación alguna.

Al principio de la peli, la tristeza cae pesada, siempre viéndolo todo negativo, pero conforme avanza la trama es la alegría quien resulta exasperante en su intento de verlo todo positivo cuando las circunstancias claramente no son propicias para ello. La moraleja que he extraído es que todas las emociones tienen su razón de ser y que no es bueno acallarlas, ni siquiera a las que suelen considerarse como negativas.

Como os conté una de las actividades que estamos haciendo este verano es leer el “Emocionario” e ir haciendo las fichas de cada una de las emociones, por lo que la película nos ha venido que ni pintada. Hasta el momento habíamos estudiado la Serenidad, el Odio y la Vergüenza y a raíz de la película hemos decidido continuar analizando a las emociones protagonistas empezando por la Ira. En casa tenemos repartidos los roles: mi marido encarna la alegría, mi hijo mayor el miedo, el pequeño la ira y yo por descarte la tristeza. Para poder gestionar las emociones el primer paso es reconocerlas y en ello estamos. ¿Lo conseguiremos?

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