Nosotros pasamos tres noches en Copenhague, dos en Aarhus (la segunda ciudad más grande de Dinamarca) y otras dos en Billund donde se encuentra el parque de Legoland.
Paso a relatar los lugares que visitamos cada uno de los días:
DÍA 1 - COPENHAGUE
PARQUE DE DYREHAVEN
Se encuentra al norte de la ciudad, en la Estación Klanpenborg, zona 5, a tan solo 15 minutos del centro. Se trata de un parque de alrededor de once kilómetros cuadrados en el que podemos ver grandes árboles, robles antiguos y más de dos mil ciervos y gamos. En la entrada se ofrecen paseos en coches de caballos para recorrerlo. Nosotros no lo cogimos y creo que fue un error, porque andamos un montón y nos cansamos mucho. El principal atractivo del parque es ver a los ciervos pastando libres a tu lado, y en su búsqueda llegamos hasta al palacete de Eremitagen. Cuando ya habíamos perdido la esperanza de ver nada, ahí estaban. La caminata había merecido la pena. Pero os recomiendo montar en las calesas para ahorrar energías, que se necesitan para seguir haciendo turismo.
Dentro del parque natural se encuentra el Bakken, el parque de atracciones más antiguo del mundo. Es una mezcla entre feria y parque como los que salen en los dibujos de Scooby Doo. Sus orígenes se sitúan hacia 1583, año en que se descubrieron en su actual ubicación unos manantiales de agua con supuestas propiedades curativas. Hasta allí empezó a acercarse mucha gente en peregrinaje y eso hizo que la zona se llenara de vendedores ambulantes y toda suerte de artistas. Abren de 12 a 12 en verano y la entrada es gratuita, pudiendo comprarse una pulsera para montar en todas las atracciones o tickets sueltos. Como no podía ser de otra manera la mascota del parque es un ciervo.
RUNDETARN
Ya de vuelta al centro, visitamos La Torre Redonda, que es el observatorio más antiguo de Europa, construido en 1642, y que destaca por tener una escalerilla en espiral (sin escalones) que le otorga una gran originalidad y que nos conduce a una altitud de 35 metros, desde donde se obtienen unas magníficas vistas de la ciudad. Dicen que en la sala de la biblioteca, Hans Christian Andersen solía escribir sus cuentos de hadas.
MUSEO DE CUENTOS DE HADAS
DE HANS CHRISTIAN ANDERSEN
Se encuentra enfrente de la plaza del Ayuntamiento. Se trata de un museo interactivo que hace un recorrido por la vida y obra de Andersen, recreando con figuras animadas al autor y a algunos de sus cuentos más conocidos como “La Cerillera” o “El traje nuevo del Emperador”. La pega es que la información estaba en varios idiomas pero no en castellano, por lo que dependíamos de que mi señor esposo nos tradujera todo y se hizo algo pesado.
El edificio del Ayuntamiento es muy bonito y justo detrás nos encontramos con otra de las entradas al Tívoli, la que tiene enfrente una estatua de Andersen que hace las delicias de los turistas japoneses cámara en ristre, como puede observarse en la foto.
TÍVOLÍ
El Tívoli es la principal atracción turística de Copenhague. Recomendaban verlo por la noche, porque está muy bonito iluminado y para hacerlo tuvimos que esperar hasta las 9:30 que era cuando empezaba a anochecer. En verdad, el parque es precioso y está muy bien cuidado. Como llegamos tarde no tuvimos que esperar muchas colas, aunque nos montamos en pocas cosas porque cerraban a las 11:00. La pega es que en éste a diferencia del de Bakken, sí que cobran por entrar a verlo.
DÍA 2 - COPENHAGUE
CASTILLO DE ROSENBORG
No entramos dentro del Castillo, pero solo pasear por los jardines ya merece la pena. Además los chicos estuvieron recargando pilas jugando en un parque muy chulo que había allí de temática de Dragones.
LA SIRENITA
Esta es otra parada obligatoria. La Sirenita es el símbolo de Copenhague y la estatua danesa más fotografiada. Está hecha de bronce y se encuentra en Langelinie. Nosotros ya íbamos concienciados de que era pequeñita, por lo que no nos decepcionó.
Por el camino a Nyhavn, nos encontramos la Iglesia de San Albano y la fuente de Neptuno que nos pareció preciosa. Vimos también a lo lejos la llamada Catedral de Mármol.
NYHAVN
Nyhavn, con su canal y sus casas y edificios de colores, es una de las vistas de postal más típicas de Copenhague. Allí Hans Christian Andersen pasó la mayor parte de su vida, (18 años) escribiendo sus cuentos en tres de las casas que se asoman al canal. El día de su aniversario, el 2 de abril, se puede ver a un hombre disfrazado de este autor paseando por la calle.
Se trata de un paseo marítimo, canal y zona de ocio que data del siglo XVII, que era notorio por la cerveza, los marineros y la prostitución. Actualmente está plagado de bares, cafeterías y restaurantes. Sirve como un "puerto patrimonial", y tiene muchos barcos históricos de madera. En la tienda de lego y en Legoland pueden verse reproducciones de este canal con todos sus detalles.
Para conocer Copenhague es imprescindible realizar un paseo en barco de los que parten de Nyhavn. Aunque ninguno de los tours se realiza en castellano, compensa hacer el recorrido. El nuestro duró una hora y mi hijo pequeño se lo perdió íntegramente porque estaba tan cansado que se durmió nada más subir al barco. El mayor sin embargo disfrutó de lo lindo del paseo. A mí me llamaron mucho la atención los barcos-casa, cuyo interior podíamos ver a través de las ventanas al pasar.
CHRISTIANIA
Es la "Ciudad Libre de Copenhague", un experimento de estilos de vida alternativos y comunales. Christiania no pertenece a Dinamarca, sus habitantes no pagan impuestos y tienen sus propias leyes. Originariamente ocupada en 1970, en la actualidad alberga a unas 1.000 personas y varios centenares de perros. Nosotros no la vimos en profundidad porque estábamos cansados y además empezó a llover. Nos quedamos en la zona más turística de los puestos de droga, ropa y cafeterías ecológicas. Se supone que más cerca del canal hay una zona rural con pintorescas granjas y cabañas de madera. Mis hijos alucinaban al ver a la gente vendiendo y fumando marihuana. Lo malo es que no permiten hacer fotos. ¡Tendríais que haber visto sus caritas de susto! Aunque en la foto los veáis mimetizados con el entorno, en realidad estaban deseando salir por patas de allí.
Al día siguiente abandonamos Copenhague para ir hacia la peninsula de Jutlandia pero haciendo una parada para pasar el día en la isla de Fionia.
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