Cualquier tema puede ser objeto de polémica en las redes sociales. Últimamente me encuentro con discusiones acerca del tema de las altas capacidades, donde aparte de desconocimiento abundan los tópicos y los prejuicios. Estas son algunas de las cosas que algunas personas objetan contra el concepto y/o el tratamiento de este tema, mostrando en ocasiones una clara animadversión contra este asunto e incluso en contra de los propios niños, evaluados o no, y sus familiares.
“Todos somos listos en algo o la alta capacidad no existe”.
Que sí, que sabemos que existen múltiples inteligencias, que todos somos diferentes y tenemos cada cual nuestras propias virtudes, valores y aptitudes en uno u otro campo.
Igual que existen los niños rubios y los morenos, los altos y los bajos, los que tienen un buen oído para la música y los que no son capaces de bailar una nota sin tropezar con sus propios pies y caerse, las altas capacidades, el tener un cerebro rápido y eficiente que capta las cosas a la primera, es algo que existe y no se puede negar.
Igual que existen los niños rubios y los morenos, los altos y los bajos, los que tienen un buen oído para la música y los que no son capaces de bailar una nota sin tropezar con sus propios pies y caerse, las altas capacidades, el tener un cerebro rápido y eficiente que capta las cosas a la primera, es algo que existe y no se puede negar.
Se habla de que la educación debería ser individualizada y adaptada a las circunstancias y características de todos y cada uno de los alumnos. Estoy totalmente de acuerdo con estas premisas, pero hoy por hoy es algo muy difícil de conseguir dentro del sistema educativo español.
Se dice que no es bueno catalogar, clasificar o encorsetar a los niños con un diagnóstico. Sin embargo, el diagnóstico es una herramienta fundamental para las familias que tiene una doble funcionalidad. Por un lado, nos permite conocer las peculiaridades de nuestros hijos, como funciona su cerebro y por qué, y cómo esto les puede condicionar en sus relaciones sociales y a nivel educativo. Tener esta información nos ayuda a acompañarles mejor en su desarrollo. Por otro lado, el diagnóstico nos faculta a los padres para reivindicar nuestros derechos y la aplicación en el ámbito escolar de medidas concretas adecuadas a esta particularidad, que están estipuladas por la ley para adaptar la educación a sus necesidades. Con el diagnóstico y la ley en la mano es complicado conseguir que se adopten estas medidas especiales, sin ellos es prácticamente imposible.
“Ahora das una patada y te salen 20 niños con alta capacidad”.
Se duda (no se por qué) de los diagnósticos. Se piensa que existe una sobre-diagnosticación y que muchos de esos niños están mal diagnosticados, que no tienen alta capacidad sino algún trastorno que no se ha sabido o querido identificar.
Es verdad que existen por ejemplo variaciones significativas entre los sistemas de evaluación utilizados por diferentes Comunidades Autónomas. Algunos estudios son más completos que otros y tienen en cuenta diferentes factores. Algunos expertos se preguntan acerca de la validez de algunas de las pruebas diagnósticas, que pueden estar desfasadas. Evidentemente pueden darse errores puntuales y quizá, como ocurre en cualquier ámbito, haya algún profesional con preparación insuficiente para llevar a cabo esta tarea, pero en general no creo que haya ninguna conspiración para etiquetar a niños de altas capacidades si no las tienen.
Ahora se están llevando a cabo más estudios, precisamente porque antes se hacían menos y muchos niños que tenían esta peculiaridad no fueron detectados y eso les ha podido afectar de una u otra manera en sus vidas. Se ha visto que la detección precoz es fundamental, por lo que desde el Ministerio de Educación y las Conserjerías se pide al profesorado que alerten cuando tengan sospecha de algún caso en sus aulas.
Aún así, el profesorado y los servicios de orientación pedagógica no suelen estar suficientemente formados sobre este tema y tienen también prejuicios al respecto por lo que en ocasiones ponen resistencia a llevar a cabo los estudios. De manera que muchos padres se sienten ignorados y perdidos, viendo como no atienden sus peticiones y nadie se preocupa de averiguar cuál es el origen de los problemas de adaptación, motivación o rendimiento de sus hijos en el colegio.
No, no es fácil conseguir el diagnóstico. No vienen de regalo en las bolsas de patatas o de Phosquitos. En muchos colegios no tienen a nadie que pueda hacer la evaluación o esa persona se niega a hacerla. No todos tenemos dinero para conseguir una evaluación externa y muchas veces los centros educativos rechazan esos diagnósticos realizados por personal ajeno. Así que no, las altas capacidades no están sobre-diagnosticadas sino más bien lo contrario. De hecho, es habitual confundir la hiperactividad y el déficit de atención, los problemas de conducta o la simple vaguería con las altas capacidades. Deben haber por ahí muchos niños medicados innecesariamente por culpa de no haber considerado la alta capacidad como una opción al valorarlos.
“Los padres insisten hasta que consiguen el diagnóstico para colgarse la medalla y presumir”.
Esto ya es la repanocha de la falta de conocimiento y respeto. Las altas capacidades no son algo que se busque o se elija, sino que se tienen o no se tienen y punto. Es una condición que, si no se conoce y no se sabe tratar, puede originar muchas dificultades. Es algo que la gente no entiende y genera mucha incomprensión, precisamente por eso no es algo que los padres vayan pregonando por ahí. De hecho, a mí me han llegado a decir que lo oculte, pues estos niños suponen una dificultad y trabajo añadido para los profesores por lo que podrían rechazar su solicitud de ingreso en un nuevo centro si saben que tienen aa.cc. En general y hoy por hoy, las altas capacidades dan más problemas que ventajas, las familias no recibimos orientación, ni prácticamente ayuda de ningún tipo.
Tener un niño inteligente es un motivo igual de válido que cualquier otro para estar orgulloso de nuestro hijo, igual que lo es que sea un gran nadador, que sea muy cariñoso o que toque el violín como los ángeles. La sociedad te permite presumir de un hijo que es un gran futbolista o una hija que dibuja genial, pero te afea la conducta si de lo que presumes es de que tu hijo tiene un coeficiente mental de más de 130. ¿Por qué? Que cada cual saque sus propias conclusiones, yo tengo las mías.
Lo viví como niña, total discriminación, toca o hacerse la tonta para ser aceptada por la mayoría o dejar que te eiqueten como creída, sabelotodo en modo despectivo, y hacer de tripas corazón. Me ha costado aceptarme y tristemente perdí tanto esperando aceptación y comprensión que jamás recibí.
ResponderEliminarNos falta mucho como sociedad para poder decir que somos respetuosos con la diferencia, sea esta diferencia la que sea. Siento que lo pasases mal. Hay muchos testimonios como el tuyo. Espero que avancemos y llegue el día que podamos decir que todos somos aceptados seamos como seamos.
EliminarPrimero, las altas capacidades no se diagnostican, se IDENTIFICAN, no son una enfermedad.
ResponderEliminarSegundo, lo del CI 130 es algo completamente desfasado, actualmente existen métodos de identificación más avanzados y completos.
Soy una simple madre, no una experta en el tema. Sé lo que he podido ir aprendiendo por mi cuenta porque como digo en el post, nadie te orienta y tenemos que informarnos como podemos, por eso quizá haya escogido mal algún término en mi escrito. Estoy de acuerdo con tu apreciación.
EliminarPor otro lado, no digo en ningún momento que el CI sea lo único que se evalúa para identificar las aa.cc., pero lo cierto es que es uno de los principales aspectos que se tienen en cuenta según tengo entendido, para realizar dicha identificación.
Gracias por comentar.
Que sea todavía uno de los aspectos principales para muchos psicólogos no quiere decir que sea el más adecuado, el CI sólo mide el razonamiento lógico, las altas capacidades abarcan varios tipos de razonamiento aparte de la lógica.
EliminarCada vez más se va imponiendo el modelo cognitivo de Castelló y Batlle, el cual evalúa varios aspectos de la inteligencia, no da CI sinó percentiles, según este modelo hay varios tipos de AA.CC : superdotados, talentos y precoces.
Por lo que he podido ver y leer desde que sé que soy AACC, los padres están bastante perdidos, es lógico, España es un país muy atrasado en este tema, hay muchos tópicos y estereotipos y mucho desconocimiento entorno al término Altas Capacidades.
Incluso dentro de los que se llaman expertos hay estafadores y gente que sólo tira hacia su terreno.
P.D. Disculpa si mi primer comentario ha sido brusco pero es que me gusta que las cosas queden claras. :)
Saludos,
Adrián
Hola!
ResponderEliminarLo primero, enhorabuena por el artículo...
Creo que en este país la envidia es el deporte nacional y a los padres les molesta enormemente que el hijo de otro sea objetivamente más inteligente que el suyo. Les molesta y mucho. Y al final desprestigian a los padres y a los niños. La sobredotación existe, las altas capacidades existen y no deberían de ser un problema para nadie sino una oportunidad tanto para la familia como para la escuela... Pero en ese sistema educativo y familiar en el q ue nos basamos se siente como una amenaza...
Espero que poco a poco los padres no quieran colgarse medallas ni sentir envidia los unos de los otros y se den oportunidades en la escuela y en la familia a los niños con altas capacidades y superdotados.
Un abrazo y seguiré leyéndote.
Amaia
De Piojitos y Bollitos.
¡Bienvenida Amaia! Gracias por tus palabras. Un abrazo fuerte.
EliminarSubscribo punto por punto todas y cada una de tus palabras. Identificada 100%
ResponderEliminarUn saludo Irene!
EliminarEl diagnóstico debería ser obligatorio para todos los escolares.Imagino que se podrá hacer por etapas un primer test de criba y uno más exhaustivo.
ResponderEliminarA mi hijo se le ha identificado; pero en cuanto empecé a leer sobre esto, su hermana mayor (no identificada por no habersele realizado ninguna prueba)cumple con muchos "requisitos", demasiados.
Como padre puedo asegurar que no es ninguna bicoca; pero ves una pequeña luz a partir de la identificación y empiezas a comprender muchas cosas, hasta de uno mismo.
Todo lo que cuentas es muy habitual. Hay que estar ahí para saber por lo que se pasa y lo que se siente. Poner nombre a las cosas sirve para situarse y avanzar. Un saludo.
EliminarPor cierto, buen artículo.
ResponderEliminarMuchas gracias!
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