miércoles, 7 de septiembre de 2016

¡SOBREVIVÍ AL VERANO!

Al principio del verano no sabía si iba a ser capaz de sobrevivir hasta septiembre, pues iba a tener a 5 niños a mi cargo: los dos míos (10 y 7 años), más otros tres a los que cuido (7, 4 y 1 años). En ocasiones han sido incluso más, cuando han venido a casa algunos amigos de mis hijos. La verdad, es que he de decir, que he superado la prueba con bastante nota. No ha sido tan estresante como me temía (los que me leéis asiduamente sabréis que tengo tendencias bastante negativas y catastrofistas, jeje).

Reunión de pastores...


¿Cómo he logrado sobrevivir a un verano con tanto niño alrededor?


Pues básicamente gracias a dos cosas: ayuda y organización.

Por una parte he tenido la ayuda de mi hijo mayor: Ángel, quien con 10 años se está volviendo más responsable y quien tras una conversación, entendió que necesitaba su colaboración en algunas pequeñas cosas, como ayudarme a bajar bártulos a la piscina, o subir a casa con sus flamantes nuevas llaves (de las que está muy orgulloso) a por algo que se nos hubiese olvidado y necesitásemos. Este verano se ha portado muy, muy bien, a lo que también ha contribuido que yo le he dejado a su aire y no me he empeñado en que jugase con los demás si no quería. Él se ponía a leer feliz y tranquilo mientras los otros hacían construcciones lego o jugaban a juegos de mesa.

Por otro lado, está mi marido, que durante sus vacaciones se ha comportado como un perfecto anfitrión y ha colaborado conmigo en todo, dándome lo más fundamental, que es su apoyo moral y compañía.

¡Muchas gracias chicos!


En segundo lugar, ha sido fundamental la organización. Para mí siempre lo es. 

Este año he incorporado unos cambios a nuestras rutinas que han resultado todo un éxito. Os las enumero por si alguna vez os encontráis en una situación similar y os pueden servir de ayuda:
  1. Compré un mini carro de la compra para bajar los bártulos piscineros que me ha resultado muy cómodo.
  2. No he usado la sombrilla sino que nos hemos apostado a la sombra en los soportales. Éramos muchos y la sombrilla no daba suficiente sombra para todos. Así nos hemos evitado insolaciones y quemaduras.
  3. He usado una manta de picnic de Decathlon como toalla para sentarnos. Es grande, resistente y no cala, por lo que es perfecta también para el césped.
  4. Todos hemos hecho lo mismo al mismo tiempo: desayunar, bañarnos, lavarnos los dientes etc… Puede sonar muy castrense pero creedme, es imposible controlar a tanta tropa si cada cual se empeña en ir a su bola.
  5. Hemos bajado pronto al parque cuando empezaba a apretar el calor en casa. Esto ha sido fundamental para no ponernos nerviosos y de mal humor. Nos bajábamos juegos y jugaban abajo fresquitos.

Gracias a estos truquitos todos hemos pasado un verano bastante tranquilo y agradable. Los chicos han disfrutado del aire libre, el sol y el agua fresquita, han jugado a mil cosas sacándole un montón de partido a todos los juegos de mesa que tengo en casa y tomado ricos aperitivos. Así que puedo decir con orgullo:

¡PRUEBA SUPERADA!

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