En el verano de 2012, mi hijo pequeño tenía 3 años y medio y tomaba teta. Era nuestro primer verano en nuestra nueva casa: una urbanización con piscina en la que no se estila hacer top-less, pero yo me sacaba la teta cuando era menester, es decir cada vez que mi hijo me la pedía. ¿Qué pensaron de mí, de nosotros, nuestros vecinos cuando nos vieron “teteando”? De él seguro que ya era “muy mayor” para eso, de mí probablemente que era descarada o algo parecido. Pero no me importaba y no me importa. Yo no me escondía porque no tenía nada que ocultar, dar el pecho es algo natural y las tetas una parte más del cuerpo como cualquier otra.
Durante el tiempo que amamanté a mi hijo, frecuenté como es normal, muchos ambientes en los que abundaban los niños, sin embargo no eran igual de abundantes las imágenes de mujeres dando pecho. Nosotros éramos los raros, los que llamaban la atención cada vez que mi hijo quería comer. Vivimos en un mundo al revés donde lo normal se ha vuelto la excepción. Por eso me uno al #mamanoteescondas para contribuir a darle la vuelta a la tortilla a esta situación.
Mostremos que la lactancia materna existe, que es posible y satisfactoria.
¡Mamás, no os escondáis!
A nosotros nos pasa parecido. No es fácil encontrarte la escena de lactancia materna pese a frecuentar ambientes con peques. Sabes? Qué vivan los raros... Pero raros en comparación con quién? Besazo :-)
ResponderEliminarA mi al final hasta me gustaba ser "rara" y disfrutaba con ello, jajaja
Eliminarexacto, lo raro debiese ser lo habitual. Creo que donde yo vivo no he visto a una madre dar el pecho a su hijo fuera de casa sin taparse con un pañuelo (yo no cuento porque no me he visto) Si es elección de la madre me parece fantástico, pero si es por "obligación social" me resulta una falta de respeto...hacia ese bebe al que hacen comer tapado y escondido!!
ResponderEliminarSi además es genial verlos mamar! Es algo precioso! Hay mucha gente rancia y con la mirada y el corazón sucio.
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