miércoles, 8 de abril de 2015

VISITA AL DENTISTA

No conozco a nadie al que le guste ir al dentista. Podrán ser majos y buenos profesionales, pero cuanto menos tengamos que verles mejor. Que hurguen en tu boca es cuanto menos incómodo y además como la consulta odontológica sigue sin estar cubierta por la seguridad social, la visita puede salirnos por un riñón. Por eso en casa aunque no somos tiquismiquis con lo que comemos si que insistimos en que todos tenemos que lavarnos los dientes y vamos a revisión cada 6 meses por eso de que mas vale prevenir que curar, pues es mejor coger las caries a tiempo antes de que destrocen mucho los dientes.

Ángel tiene un problema dental llamado hipomineralización, que consiste en un defecto en la formación de los dientes cuyos minerales no se han constituido uniformemente, que pueden tener formas raras, son más frágiles y tienen a acumular más la suciedad que se les queda pegada, por lo que tienen más probabilidades de desarrollar caries y terminar rompiéndose. Este tipo de dientes se caracterizan por tener partes de un color oscuro amarronado. Además, le están saliendo unos dientes definitivos muy grandes para el tamaño de su encía y aunque hay que esperar un tiempo a ver si se recolocan, es bastante probable que tenga que usar corrector dental para posicionarlos bien.

De manera, que la visita al odontólogo es obligada para nosotros y todos en la familia hemos pasado en alguna ocasión por el “sillón de la tortura”. A Ángel le han empastado ya un par de muelas y ahora le ha tocado el turno a Jesús. Los dos tenían cierto reparo, pero Manolo nuestro dentista les explica todo lo que va a hacerles, va despacito y tiene bastante paciencia. Ángel hubo un día que se revolvió un poco, porque sintió algo de dolor, pero no quería usar anestesia. A Ángel siempre le han dado mucho mas miedo los médicos que a Jesús, éste último es además, por decirlo de alguna manera, un poco más “echado pa'lante” que su hermano. Por suerte esta última vez Ángel está perfecto asi que no le tienen que hacer nada. Mientras esperábamos en la sala de espera a que terminase su hermano, Ángel se entretuvo leyendo este tebeo. ¡No podía venir más a cuento!

2 comentarios:

  1. Yo creo que para todos es un mal trago ir al dentista jeje besos

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    1. Si, nos afecta a los nervios y a la cartera, jaja. Y los pobres niños lo llevan peor. Ojalá no tuviéramos que ir nunca. Besitos

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