Actualmente muchos niños se
despiertan casi de madrugada, entran antes de la hora al colegio, desayunan y
comen allí y al llegar el final de la jornada escolar lejos de irse a su casa a
descansar, siguen en el colegio en actividades extra-escolares porque sus padres
no pueden ir todavía a recogerlos. ¡Esto es una auténtica barbaridad! Y hablo
de niños mayores, pensar en lo mismo en bebés hace que se me encoja el
estómago.
Leo el documento de PODEMOS: "Reorganizar el sistema de cuidados: condición necesaria para la recuperación económica y el avance democrático" y me llevo una
profunda decepción. Más de lo mismo, la misma incomprensión. Menos mal que
aclaran que no se trata de propuestas en firme si no solamente: "un texto
que sirviera de marco para abrir, tanto dentro como fuera de la organización,
el debate sobre cómo abordar la necesaria reforma del sistema de cuidados."
Por ello ya me he apuntado a colaborar en ese debate aportando mi punto de
vista que será básicamente el que describo a continuación.
Hay que plantearse primero ¿Qué entendemos por CONCILIACIÓN
y que pretendemos conseguir con estas medidas? ¿Se trata de adaptar el entorno
laboral para adecuarlo al familiar? ¿O se trata por el contrario de buscar
parches que hagan que la vida familiar se acomode al sistema laboral tal y como
está actualmente planteado? Lo que yo considero adecuado es lo primero: tratar
de que quienes tengan hijos y quieran
hacerlo, puedan atenderlos y criarlos el mayor tiempo posible de manera
personal, porque para eso son nuestros hijos. La solución no pasa pues
de ninguna manera institucionalizándolos a todos desde que nacen. Esa opción
para quien la quiera pero ¿y quienes queremos otra cosa?
Para buscar soluciones hay que
tener en cuenta todas las sensibilidades y cada vez hay más familias que
quieren estar presentes en la vida de sus hijos y no verlos solo un rato al
final del día a la hora de la cena. Por eso no entiendo la propuesta de "Eliminar todos los incentivos al
empleo a tiempo parcial", pues ese es el tipo de trabajos que facilitarían
enormemente que muchos padres pudieran hacer las dos cosas al mismo tiempo:
trabajar por ejemplo por las mañanas mientras los niños están el cole y estar
disponibles para ellos por las tardes, sin morir en el intento.
También me parece importante
señalar que existe una gran confusión entre los términos crianza y educación.
De 0 a 3 años (como mínimo) los niños no son apenas niños, son bebés, que no
necesitan ser “educados” si no criados. Para
poder plantear soluciones hay que conocer primero cuales son las
características y las necesidades de esos mini-ciudadanos, y está claro
que lo mejor para ellos no es ser cuidados por extraños desde el minuto cero.
Necesitan como digo en esta entrada de mi blog: …”cuidados continuos y personalizados, de alguien que les conozca y
les quiera. Estar con desconocidos que tienen que atender a la vez a varios
bebés como ellos no es lo mejor para que puedan desarrollarse
adecuadamente. Hasta los dos años no
interactúan apenas con sus iguales, lo que necesitan es una figura de apego
adulta a su completa disposición, cosa muy difícil de conseguir en una
institución. Existen infinidad de estudios que demuestran que estar separado de
su figura de apego durante largos periodos de tiempo provoca en el bebé mucho
estrés que termina afectándole a nivel cognitivo y emocional. Los avances en
neurociencia consiguen demostrar los efectos en el cerebro del bebé de estas
separaciones.”…
La raíz del problema está en que no se valora el acto de maternar o
paternar. Si llevamos a nuestros hijos a una guardería, las cuidadoras
cobran por su trabajo, tienen una compensación económica por el tiempo y
energía que invierten en la tarea. Tienen reconocimiento social, tienen una “profesión”,
un contrato, una seguridad social, una protección social en caso de que dejen
de trabajar. Pero los padres que hacen la misma labor en su casa no tienen absolutamente
nada de eso, aunque realicen igualmente una labor social muy valiosa.
Yo siempre pongo el mismo
ejemplo: un soltero sin hijos en paro en su casa no contribuye a la sociedad en
nada, salvo que dedique su tiempo por ejemplo a labores de voluntariado o algo
así. Un padre o una madre en su casa, aunque no coticen y no paguen impuestos
siempre, siempre, están contribuyendo a la sociedad. Sin embargo las familias
estamos actualmente muy mal tratadas y en inferioridad de condiciones que el
resto: si queremos seguir trabajando y cobrando lo mismo tenemos que separarnos
de nuestros hijos, si decidimos estar con ellos disminuyen nuestros ingresos,
aumentan nuestros gastos y no tenemos ningún tipo de ayuda ni compensación a pesar de estar criando a los ciudadanos del
futuro. Como mínimo si se pretende
pagar con los impuestos de todos las guarderías de quienes elijan llevar allí a
sus hijos, a los padres que opten por cuidarles personalmente debería de reconocérsele
su trabajo por el mismo importe, en forma de cotizaciones a la seguridad social
durante todo el tiempo que se dediquen a cuidar a sus criaturas.
Las ayudas a la maternidad/paternidad en España no existen. Podemos
fijarnos en las prestaciones familiares del sistema francés de protección social sin ir más lejos para comprobar como de desprotegidos
estamos los padres en nuestro país.
Por cierto, que a parte de las
guarderías existen otras opciones para el cuidado de los más pequeños como las “Madres de Día” ¿se financiará
también a quien decida usar este tipo de servicio? ¿Y los abuelos? Porque a
muchos no les vendría mal un dinerillo extra por cuidar a sus nietos para
complementar sus míseras pensiones.
Sería más justo si se financiase
la maternidad/paternidad en general y que cada cual haga con ese dinero lo que
crea más conveniente. Subvencionar exclusivamente las guarderías no es
equitativo y fuerza a hacer uso de un sistema de cuidados con el que muchos no
estamos de acuerdo y que la ciencia ha demostrado que no es el más adecuado.
Me gusta más la propuesta de EQUO
de "apoyar económicamente a
familias que quieran tomar un paréntesis laboral hasta los tres años del
hijo".
Todo mi planteamiento se basa en la
firme convicción de que no es cierto que los niños estén igual de bien con sus padres
que con cualquiera. Yo no veo el problema
de la conciliación desde una perspectiva económica ni feminista, lo hago desde una
perspectiva “niñista”, analizando que es lo mejor para los niños y lo mejor para
ellos es sin duda compartir tiempo con los suyos.
Por otro lado, la baja maternal debería ser como mínimo
de 6 meses que son los que marca como referencia la OMS para la lactancia
materna exclusiva. Menos de eso seguirá siendo insuficiente y más si a
quien se concede el privilegio de poder estar con el bebé es al padre que no
está capacitado para proporcionarle el pecho al bebé. La mujer que elija no dar
el pecho puede igualmente disfrutar de su hijo durante ese tiempo o si prefiere
volver al trabajo que le ceda ese tiempo a su pareja, pero en principio el bebé
tiene derecho a tener acceso al pecho de su madre y estar con sus padres el
mayor tiempo posible. Incluso con 6 meses seguirá siendo muy pequeño para
separarse de ellos y pasar largo tiempo en manos de extraños, pero entiendo que
por algo hay que empezar y que para poder ponernos a la altura de Suecia nos
falta mucho tiempo y sobre todo un gran cambio de mentalidad.
Creo además que las 16
semanas de baja para el padre son un derecho que los padres no están
reclamando. Dudo mucho que vayan a hacer uso de ellas. Creo que es importante
ofrecer sin imponer y sería mejor
opción dar un total de 32 semanas de libre disposición a la pareja para que
cada familia se apañe como quiera. Las primeras serían siempre
utilizadas por la mujer que es la que necesita recuperarse del parto y los
cambios que se han producido en su cuerpo y quien atenderá al bebé la mayor
parte del tiempo si le da el pecho, pero las demás semanas podrían
repartírselas a conveniencia. Esta solución sería además un buen experimento
sociológico para comprobar el nivel de implicación parental: saber quien se
pide la baja y porque sería muy interesante.
Excelente post!!! Coincido completamente contigo!!! Gracias!
ResponderEliminarGracias! Tenemos que hacernos oír. Ya basta de que se legisle sobre padres e hijos sin escuchar lo que pensamos, queremos o necesitamos.
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