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lunes, 3 de septiembre de 2018

LECTURAS DE VERANO


Hace más o menos un año de la última entrada. Muchas cosas han pasado este año: enfermedades, pérdidas y nuevas incorporaciones a la familia, que han hecho que dejase de lado el blog para centrarme en otros asuntos. 
Lo retomo ahora despacito y con calma, compartiendo con vosotros las lecturas de las que ha disfrutado este verano de mi hijo mayor gracias a
Penguin Random House Grupo Editorial
Escogí 5 títulos de temáticas diversas en función de sus gustos e intereses y puedo decir que acerté en gran medida con mis elecciones:

Los mayores villanos (Destripando la historia 1)


Este es el mejor de todos los libros que hemos recibido este verano por muchos motivos: es original, fácil de leer, tiene unas ilustraciones muy divertidas y el contenido es muy entretenido. Se lo han leído mis dos hijos (12 y 9 años). Algunos de los villanos no los conocían como a Amelia Dyer y ambos coinciden en que el peor de todos o al menos el villano más divertido es el Brócoli. Que aparezca Donald Trump es todo un puntazo, más teniendo en cuenta que en algún momento parece que ha estado propuesto para recibir el Premio Nobel de la Paz (o al menos eso me pareció entender hace algún tiempo). Yo por mi parte voto al Lunes como peor villano de todos. Seguro que muchos pensáis como yo, ¿verdad?


La guía no oficial de Fornite Battle Royale. Jason R. Rich




Aquí patiné bastante porque aunque el libro está bien, no le aporta nada nuevo a mi hijo, que lleva ya muchos meses jugando a este juego y se sabe todas las estrategias, tips, y trucos para ganar en Fortnite. De manera que si tu hijo todavía no ha empezado a jugar, esta puede ser una herramienta interesante para ayudarle a conocer el juego, pero si ya es un experto, este libro no es para él.




Dame Reggaetón Platón. Una historia de la filosofía en 15 lecciones.


El título, súper atractivo, es todo un acierto, y el contenido muy interesante. Su autor Josep Soler consigue explicar a lo largo de 15 capítulos las más importantes teorías filosóficas. Y lo hace de una manera clara y cercana, yendo de lo concreto a lo general, poniendo ejemplos reales y cotidianos del contenido de cada escuela de pensamiento. Se centra primero en las ideas para al final hablarnos de los filósofos en particular, lo que dijeron, porque y la importancia que tuvieron sus palabras.

A mi hijo le ha gustado mucho. Algunas cosas ya las conocía por las largas conversaciones que mantiene con su padre a cerca de miles de cosas. 
Le ha servido para descubrir otras y por ejemplo hacerse “fan” de los Sofistas, para los cuales la verdad no existía y proponían usar la razón y la retórica para convencer a los demás y conseguir lo que uno desease.

Me hubiese encantado tener al autor de este libro de profesor de filosofía en mi época. Sin duda hubiese disfrutado y aprendido más de esa asignatura y de la vida en general si me la hubiesen explicado como él lo hace en el libro.


Kiti Pasa. Hamza



Este es un libro escrito por Hamza Zaidi un instagramer con más de dos millones y medio de seguidores, que ha recurrido a la fórmula del “escoge tu propia aventura” para narrar una historia en la que él mismo es el protagonista convertido en un héroe moderno con capa incluida. Se trata de un libro ameno escrito con un estilo juvenil, en el que se aviso, se cuelan de vez en cuando algunos tacos o expresiones malsonantes. Es ficción y a mi hijo le ha entretenido bastante que es de lo que se trataba, un libro divertido con el que amenizar algunos ratos perdidos del largo verano.



Esto no es un cuaderno de vacaciones: Y es cien veces mejor que tu móvil


Termino por un libro que no es para leer si no para “trabajar” y divertirse, un cuaderno de vacaciones muy original ideado por Cristian Martin. Su título es su mejor carta de presentación, porque no es el típico cuaderno de vacaciones, si no que está diseñado para tocar muchos palos: matemáticas, lengua, historia, ciencias, etc. de una manera distinta y más amena, con sudokus, tests, laberintos, búsquedas de diferencias, etc. Está dirigido a un público adolescente, plagado de términos que ellos conocen muy bien, lo que hace que enseguida los chicos se sientan identificados con el lenguaje e irresistiblemente atraídos por sus innumerables referencias actuales al mundo de la música, las series o las redes sociales.

He de reconocer que nos ha dado perecita en un principio empezar a rellenarlo, porque aunque es muy entretenido y divertido, seguía siendo un “cuaderno” y estas vacaciones me propuse no “obligarles” a hacer ninguna tarea relacionada con el cole, salvo animarles a leer un rato de vez en cuando. Pero en cuanto se sentó y se puso a ello se mostró muy interesado por las actividades y le costaba abandonarlo para hacer otras cosas, por lo que os lo recomiendo, para el verano que viene o si os dais prisa a lo mejor conseguís acabarlo antes de que comience de nuevo el cole.


miércoles, 7 de septiembre de 2016

¡NO QUIERO VOLVER AL COLE!

Este verano no he escrito mucho. Tanto los niños como yo hemos estado haciendo el vago, que es lo que toca en esta época. El año pasado dediqué mucho tiempo y energías en recopilar recursos didácticos para el verano, sin embargo este año no les he obligado a hacer nada. Solamente he perseguido un poco al pequeño para que lea, pues este sigue siendo nuestro principal caballo de batalla. Al principio del verano le revisé la vista para comprobar que no tuviera ningún problema en los ojos. Dos profesionales distintos nos verificaron que no tenía ninguna dificultad visual por lo que hemos terminado asumiendo que se trata simplemente de un problema de falta de interés: no le gusta leer y punto.

Pero este año empieza 3º de Primaria y la cosa se pone difícil. Va a tener que leer si o si, y mucho. Le tengo pavor a este curso, en el que es probable que además le manden tarea para casa, tarea que a diferencia de su hermano mayor, sé que voy a tener que supervisar con él, por lo menos hasta que se haga a la idea y coja la rutina. ¡Me da una pereza enorme! Y por eso no quiero que empiece el cole…

Este curso ya va a tener mochila y libros “de mayores” que seguro que va a tener que pasear de un lado a otro y que al final voy a tener que cargar yo. El mayor es muy rápido y eficiente, termina las tareas en clase y normalmente no suele llevarse a casa demasiado peso. Le tengo dicho que deje en la cajonera todo aquello que no necesite llevarse, incluido el estuche, porque en casa tenemos todos los materiales: pinturas, tijeras, lápices, gomas, etc., que puedan llegar a necesitar. No sé si esto va a ser factible con el pequeño, pues no sé si será capaz de terminarlo todo allí…¡¡¡ le veo taaaannnn pequeño!!!

Por eso estoy estresada y el calor de estos últimos días tampoco ayuda en nada, la verdad.

Este verano no les he obligado a repasar nada, porque he pensado que necesitaban descansar para la que se avecina. Probablemente no sea tan duro como lo imagino, pero he preferido darles un respiro y dejarles a su aire. 


Las vacaciones de verano son para ellos un oasis de libertad. Se lo pasan corriendo en bañador y chanclas por la urbanización, jugando con sus amigos a batallas nerf o bañándose en la piscina. Este año han hecho su primer “botellón” nocturno, con chuches y refrescos. Hemos visto toda la saga de Terminator con su amigo Álvaro cuando estuvo en casa de visita, han practicado infinidad de deportes en el Campus en Santander, y jugado un montón a videojuegos… En definitiva han sido unas estupendas vacaciones que espero les hayan recargado suficientemente las pilas para afrontar el nuevo curso

Ahora solo nos quedan los recuerdos, las fotos,
respirar hondo y madrugar. 


¡Verano te echaremos de menos!



¡SOBREVIVÍ AL VERANO!

Al principio del verano no sabía si iba a ser capaz de sobrevivir hasta septiembre, pues iba a tener a 5 niños a mi cargo: los dos míos (10 y 7 años), más otros tres a los que cuido (7, 4 y 1 años). En ocasiones han sido incluso más, cuando han venido a casa algunos amigos de mis hijos. La verdad, es que he de decir, que he superado la prueba con bastante nota. No ha sido tan estresante como me temía (los que me leéis asiduamente sabréis que tengo tendencias bastante negativas y catastrofistas, jeje).

Reunión de pastores...


¿Cómo he logrado sobrevivir a un verano con tanto niño alrededor?


Pues básicamente gracias a dos cosas: ayuda y organización.

Por una parte he tenido la ayuda de mi hijo mayor: Ángel, quien con 10 años se está volviendo más responsable y quien tras una conversación, entendió que necesitaba su colaboración en algunas pequeñas cosas, como ayudarme a bajar bártulos a la piscina, o subir a casa con sus flamantes nuevas llaves (de las que está muy orgulloso) a por algo que se nos hubiese olvidado y necesitásemos. Este verano se ha portado muy, muy bien, a lo que también ha contribuido que yo le he dejado a su aire y no me he empeñado en que jugase con los demás si no quería. Él se ponía a leer feliz y tranquilo mientras los otros hacían construcciones lego o jugaban a juegos de mesa.

Por otro lado, está mi marido, que durante sus vacaciones se ha comportado como un perfecto anfitrión y ha colaborado conmigo en todo, dándome lo más fundamental, que es su apoyo moral y compañía.

¡Muchas gracias chicos!


En segundo lugar, ha sido fundamental la organización. Para mí siempre lo es. 

Este año he incorporado unos cambios a nuestras rutinas que han resultado todo un éxito. Os las enumero por si alguna vez os encontráis en una situación similar y os pueden servir de ayuda:
  1. Compré un mini carro de la compra para bajar los bártulos piscineros que me ha resultado muy cómodo.
  2. No he usado la sombrilla sino que nos hemos apostado a la sombra en los soportales. Éramos muchos y la sombrilla no daba suficiente sombra para todos. Así nos hemos evitado insolaciones y quemaduras.
  3. He usado una manta de picnic de Decathlon como toalla para sentarnos. Es grande, resistente y no cala, por lo que es perfecta también para el césped.
  4. Todos hemos hecho lo mismo al mismo tiempo: desayunar, bañarnos, lavarnos los dientes etc… Puede sonar muy castrense pero creedme, es imposible controlar a tanta tropa si cada cual se empeña en ir a su bola.
  5. Hemos bajado pronto al parque cuando empezaba a apretar el calor en casa. Esto ha sido fundamental para no ponernos nerviosos y de mal humor. Nos bajábamos juegos y jugaban abajo fresquitos.

Gracias a estos truquitos todos hemos pasado un verano bastante tranquilo y agradable. Los chicos han disfrutado del aire libre, el sol y el agua fresquita, han jugado a mil cosas sacándole un montón de partido a todos los juegos de mesa que tengo en casa y tomado ricos aperitivos. Así que puedo decir con orgullo:

¡PRUEBA SUPERADA!

viernes, 28 de agosto de 2015

SE NOS VA EL VERANO…

Cada día hay menos horas de luz, el agua de la piscina está más fría, han bajado las temperaturas,… el verano inexorablemente se dirige a su fin, pero ¡no hay que ponerse tristes!, son muchas las cosas divertidas que habréis hecho durante estas vacaciones y que quedarán siempre en vuestro recuerdo. Estas son las que hemos hecho nosotros:
  • Hemos descubierto una piscina con toboganes chulísima. Se trata del Centro Acuático Municipal de Collado Villalba. Estuvimos un día y nos lo pasamos genial por lo que no paramos de recomendársela a todo el mundo. Si quieres conocer más pincha en el enlace. Nadia del Blog “Familias Disfrutonas” hizo un post fantástico sobre este lugar.
  • Hemos descubierto nuevos juegos como el “Triominos” o el “Súper Six” que hemos hecho de manera “artesanal”. 
  • Hemos seguido haciendo manualidades como los frascos de cristal multicolores o el tarro del aburrimiento. Hemos hecho muffins de plastilina, helados para Poly y pintado las parejas de fichas de un nuevo juego de memory.
  • Hemos leído (unos más que otros, ejem…) muchos libros sacados de la biblioteca y los que nos mandan de Boolino.

  • Hemos tenido la visita de un amigo de los niños que vive en Santander. Álvaro ha estado con nosotros 5 días y los niños han disfrutado mucho con su compañía. Fuimos a despedirle al aeropuerto y fue toda una aventura.
  • Hemos descubierto un nuevo programa muy divertido que nos ameniza las sobremesas: "Ciencia para torpes" con el que además aprendemos un montón.
  • Hemos compartido buenos momentos con amigos y familiares, en especial con los tíos Paloma y Teo y la prima Lucía que no para de crecer y está cada día más guapa y sabe hacer más cosas.

Está siendo en definitiva un buen verano que sin duda echaremos mucho de menos cuando empiece el cole.


lunes, 24 de agosto de 2015

LA URBA: EN LA CIUDAD COMO EN EL PUEBLO

Sin duda somos muy afortunados por vivir donde vivimos: en Madrid capital, con medios de transporte públicos cerca pero en un ambiente tranquilo. Miro por la ventana y veo arboles y el verde del césped. También veo un letrero luminoso de publicidad pero no me importuna. Mi casa da al interior de la urbanización lo que es una ventaja sobre todo ahora en verano. Desde mi ventana puedo llamar o reprender a mis hijos si es necesario. Les oigo perfectamente, sé si están felices jugando o peleándose, si lloran porque se han caído y se han hecho daño y tengo que bajar rauda al rescate.
Es una urbanización cerrada, con portero físico y cámaras de seguridad por todo el recinto. Nadie puede entrar sin ser visto y tampoco salir por lo que sé que mis hijos están seguros y por ello puedo dejarles bajar a jugar solos. Como hacíamos antiguamente, como se puede hacer todavía en algunos sitios, en pueblos donde no hay el peligro de que les pille un coche, donde todos los vecinos se conocen y cuidan unos de otros.



Pero lo mejor de todo es que no están solos. Tienen infinidad de amigos con los que jugar. Quedan, se buscan los unos a los otros llamándose al telefonillo: “¿Pueden bajar Ángel y Jesús?”. Cuando unos están fuera de vacaciones vuelven otros, siempre hay alguien disponible para jugar al “tres bases”. Este año han socializado más, han ampliado la pandilla incluyendo a muchas niñas. La banda sonora del verano es la voz de uno de ellos c@ntando: “A uno, a dos, a tres…” Mis hijos bajan a jugar por la mañana, por la tarde y ¡por la noche! Si, señoras y señores, padres que me leéis. Tras la cena vuelven a marcharse permitiéndonos a su padre y a mi, ver algún capitulo de una serie de televisión gin tonic en mano o lo que se tercie. 

Sí, somos afortunados, ellos y nosotros, aunque no sé si ellos son conscientes de ello pues no han conocido otra cosa. Mi marido y yo si lo somos. Recordamos nuestros veraneos madrileños: aburridos, calurosos y eternos. Recordamos como nos llevaban en contadas ocasiones a alguna piscina municipal, normalmente en fin de semana, y ya. El resto del tiempo lo único que hacíamos era ver la tele y salir si es que había alguien en el barrio, solo a partir de las 21:00 horas pues antes no se podía bajar a la calle sin morir asfixiado y/o abrasado. 
Mis hijos tienen piscina a su disposición todos los días, espacio libre y seguro por el que correr y amigos con los que pasar el rato aunque solo sea charlando.
Se pasan el verano en bañador y chanclas y a veces suben a casa de algún amigo a ver una película o jugar a video juegos. Probablemente no lo sepan pero son unos privilegiados. Estoy segura de que muchos niños desearían estar en su lugar.

Solemos salir al menos una semana por ahí, a la playa, por eso de cambiar de aires y porque nos gusta bañarnos en el mar, pero al final donde estamos mejor es en nuestra propia casa, donde estamos más cómodos y no nos falta de nada. Tanto mi marido como yo somos madrileños de pura cepa, no tenemos pueblo alguno al que poder recurrir para veranear, pero no lo necesitamos. Nuestra urbanización es el mejor sitio en el que podemos estar: un pueblo dentro de la gran ciudad.

miércoles, 29 de julio de 2015

JUEGOS DE VERANO

Os cuento cuales están siendo los juegos estrella de este verano para mis niños:


Las cartas son lo más socorrido para bajar a la piscina y resucitan siempre cuando llega el calor, ya que no puedo decir porque pero salvo en verano no jugamos nunca a cartas. De todos los juegos el UNO es el protagonista. Además como tenemos la versión de plástico no corremos el peligro de que se estropeen si las mojamos. A Jesús se le da verdaderamente bien, es el indiscutible campeón de este juego. Con la baraja española jugamos al Chinchón y este año la novedad es que les hemos enseñado a jugar a la Escoba que les entretiene bastante.

Memory de caritas de Tiger. La gracia de este juego es la originalidad de los dibujos que son muy divertidos. Los chicos les ponen nombre y luchan por llevarse su pareja preferida: “el osito melón”.


Y para cuando estamos en casa a parte de los omnipresentes Legos, hemos descubierto una nueva página de juegos en internet que les tiene encandilados. Se trata del Club Penguin, una página de Disney en la que te conviertes en un Pingüino que adopta mascotas, interactúa con otros Pingüinos y pasea por el universo Pingüino buscando tesoros, jugando y ganando monedas para hacerse un iglú molón. La trampa es que no es completamente gratuito. Si no eres socio, no puedes comprar muchas cosas chulas del catálogo por lo que les hemos hecho miembros durante un mes para probar pues no es caro, menos de 4 euros.


Aprovechando la coyuntura del estreno de Inside Out, han diseñado un apartado especial sobre la película y los chicos están emocionados realizando pruebas y consiguiendo objetos relacionados con las emociones.

¿A qué están jugando vuestros hijos este verano?

martes, 28 de julio de 2015

UN VERANO DE MANUALIDADES

¿Qué tal ese veranito? 

Jesús tras pasar por el sillón.
El nuestro empezó un poco accidentado. Tras una última semana de cole fuera de lo común llena de actividades nuevas, fiestas y demás (Jesús pasó su primera noche fuera de casa en la Granja Escuela) nos encontramos con una mega caries en la boca de Jesús el día antes de marcharnos a Huelva. Gracias a dios que dimos con una clínica dental de urgencias que nos solucionó la papeleta y aunque con un poco de retraso pudimos marcharnos. Os pongo aquí el enlace de la Clínica Bonadent por si necesitáis en algún momento ir a consulta. Nos trataron fenomenal y quedamos muy contentos.

Ángel y Adri dándole al taco.
Llegamos a Huelva de noche y casi tenemos un accidente porque se nos cruzó un galgo en la carretera cuando pasábamos por Sevilla ¡menudo susto nos dimos! La pericia de mi señor esposo al volante y las prestaciones de nuestro coche hicieron que pudiéramos esquivarlo a tiempo. 
Allí lo único que hicimos fue comer y bañarnos en la playa. Bueno y también aprender a jugar al billar con las niñas: Adriana e Irene con las que coincidimos. A Ángel se le escocieron los muslos por el rozamiento del bañador mojado y lo pasó un poco mal. Hemos aprendido que a la playa hay que llevar bañador corto de natación siempre para evitar que nos vuelva a pasar.

Chicos en remojo.

Ya de vuelta en Madrid nos costó un poco aclimatarnos, empezar una nueva rutina sin rutinas soportando un calor de mil demonios. Menos mal que tenemos piscina porque si no nos habríamos terminado subiendo por las paredes.
De todos los recursos que recopilé los que más estamos usando son el “Emocionario”, el proyecto de cortos de animación y para mi sorpresa las manualidades. A mí no se me dan especialmente bien y las tenía en la reserva por si sobraba tiempo y para desengrasar, pero resulta que es lo que más les está gustando.

Hasta el momento hemos hecho estas:
La goma eva, la cartulina y el pegamento corren a raudales por mi casa y a decir la verdad las manualidades nos han quedado todas bastante bien. 


Próximamente nos atreveremos a hacer flores con hueveras y frascos de cristal multicolores.
¡Si es que estamos hechos unos artistas!

viernes, 19 de junio de 2015

RECURSOS EDUCATIVOS PARA EL VERANO

Estoy en contra de los deberes, pero... al igual que viene ocurriendo durante los años anteriores, se presenta ante mi un largo verano en el que estaré 24 horas al día, 7 días a la semana, durante dos meses enteros, sola la mayor parte del tiempo con mis dos hijos, más otros dos niños a los que cuido durante las mañanas.

Tenemos piscina y mis hijos disfrutan bañándose y correteando medio en bolas por la urbanización. Por suerte tienen amigos con los que jugar. Pero cuando están en casa, el mayor suele ponerse a leer y el pequeño se aburre solo y me pide jugar al ordenador. Si por ellos fuera estarían todo el rato tirados en el sofá viendo dibujos pero a mi eso no me parece adecuado. Madrugamos mucho así que el día puede llegar a hacerse eterno, por lo que he estado preparando una serie recursos para mantenerlos ocupados y haciendo algo productivo durante al menos media hora al día. Con esto busco también que no desconecten del todo con la cultura y el aprendizaje, que no olviden lo aprendido durante el curso y más concretamente que el mayor practique la escritura pues tiene una letra terrible y el pequeño lea todos los días un poquito y consiga así tener una mayor soltura leyendo.

Durante los últimos meses he estado buscando páginas de internet interesantes, me he impreso algunas actividades y comprado materiales para hacer manualidades. Vamos a hacer un proyecto sobre Cortos de animación, aprenderemos canciones en inglés, poesías, adivinanzas, estudiaremos ópera, etc. En los próximos post os iré comentando que tal nos va y pondré los links a las páginas que vamos a utilizar.

Pero antes... 



¡NOS VAMOS DE VACACIONES! 

Que también nos merecemos un descanso, ¿no?


Será solo una semanita, así que nos vemos pronto. 

Un abrazo  ; )




domingo, 15 de agosto de 2010

¡SIN MANGUITOS!

Ángel con 4 añitos


Le llamamos cariñosamente “el pequeño inspector de riesgos laborales”. Y es que Ángel siempre ha sido muy prudente, o miedoso según se mire. Si él no se sentía seguro no había manera de convencerle de hacer algo. Nunca ha sido demasiado aventurero o atrevido. 




De pequeño estuvo yendo con su padre a “matronatación”. Pasó el tiempo y se convirtió en el mayor del grupo e incluso estuvo una temporada de “ilegal”, pues ese tipo de clases solo se dan hasta los dos años y él estuvo hasta pasados los tres disfrutando del agua junto a su padre. 


El monitor insistía en que debía comenzar a ir a clases de natación él solo, pero nosotros sabíamos que no estaba preparado y que si le forzábamos lo iba a pasar mal (al igual que el resto de los niños que se pasaban las clases muertos de miedo y llorando…). 

Con cuatro años comenzó el verano utilizando un chaleco salvavidas, y llamaba la atención porque por su tamaño parece un niño mucho más mayor de lo que realmente es. Al poco pasó a los manguitos, pero se metía en la piscina bajando por las escaleras y ni loco metía la cabeza debajo del agua. Yo le decía que parecía una “viejuna” (con todos mis respetos a esas señoras que van a la piscina recién salidas de la peluquería y se disgustan cuando los niños las salpican…) y a él le hacía gracia que le llamase así. 

Con 6 añitos...

Un día intenté sobornarle para que saltara y funcionó, así que tuve que comprarle un chupa-chups de esos gigantes que venden en las tiendas del aeropuerto. En las vacaciones hice lo mismo para que se tirase por unos toboganes de agua. Se tiró y no fue necesario que cumpliese mi promesa, pues la mayor recompensa para él fue lo bien que se lo pasó tirándose por los susodichos toboganes. 


A la vuelta le expliqué que para aprender a nadar los niños suelen probar primero quitándose un manguito y después el otro. Lo probó y le encantó. Evidentemente todavía no sabía nadar, pero se mantenía a flote y buceaba bastante bien. Los manguitos sólo se los ponía cuando estaba solo en el agua porque ante todo es y siempre será un chico precavido.Y todo sin gastarnos dinero en ello y sobre todo sin obligarle en ningún momento. Durante el invierno siguiente empezamos a llevarle a natación para que aprendiese a nadar correctamente, más que nada por su seguridad y nuestra tranquilidad.

Creo que “mis pequeños empujoncitos” en forma de recompensa surtieron efecto porque él se sentía preparado para hacerlo, si no fuese así, aunque le hubiese prometido la luna no me habría hecho el menor caso. Y es que al final todo llega, sólo hay que esperar y respetar el carácter y los ritmos de cada niño. 

Eso si, también creo que es importante la constancia y la perseverancia para conseguir que los niños superen su miedo al agua. Hay que llevarles a la piscina desde bien pequeños (cuanto antes mejor) e insistir en que se bañen, con compañia y cariño pero sin desistir. Pues si a la primera que lloran, se quejan o te dicen que no, tiramos la toalla, nos condenamos todos a un verano en secano, y eso para mi no es un buen verano.

Ángel con 10 añazos!!!