miércoles, 10 de noviembre de 2010

PARIR EN CASA

Yo tuve a mi primer hijo en un hospital y al segundo en casa. Y sabiendo ahora todo lo que sé a cerca del parto en España, siento que puse en peligro a mi niño yendo al hospital y dejándome hacer todo lo que allí nos hacen, sin informarnos ni pedirnos permiso. Yo era una embarazada sana, y él un bebé sano, hasta que entramos por la puerta del hospital. De hecho yo pasé una semana ingresada y él 10 días solito en la UCI sin mí, por culpa de la llamada “medicalización del parto”. Por eso decidí dar a luz a mi segundo hijo en casa. Porque en mi casa me sentía segura y en el hospital, no.
No soy una egoísta que pongo en peligro a mi hijo, soy una mujer culta y responsable que, después de mucho informarme, tomé la decisión que creía mejor, no sólo para mí, sino fundamentalmente para mi bebé.
Y dí a luz en mi hogar, sin encender ni una vela, ni una barrita de incienso.
Me da coraje cuando veo que, al hablar del parto en casa, la gente se queda en el tópico sin ir más allá, dando a entender que es una opción propia de hippies pasadas de tuerca.
También me da coraje cuando los profesionales argumentan que no se pueden hacer las cosas bien en el hospital, por falta de medios. Cuando para dar a luz no se necesita más que una mujer embarazada que está de parto. Yo no necesité ni gotero de oxitocina, ni epidural, ni silla de partos (ni mucho menos un potro), sólo mi tiempo y libertad para dar a luz como mi cuerpo me pedía.
Me apena cuando se habla desde el miedo, el miedo a lo que pueda pasar, cuando la mayor parte de las mujeres no son conscientes, y nunca se enterarán, de que los protocolos dificultan enormemente parir y que muchas veces las situaciones de riesgo han sido provocadas precisamente por aquellos a los que consideran sus salvadores.
Me indigna que se niegue la realidad y que se diga que sólo se actúa cuando es necesario, cuando en España damos tristemente la vuelta a las cifras y lo que debería ser un 10% de partos con dificultades y un 90% normales, termina sucediendo al contrario.
Me repatea el término “humanización del parto”, pues ha sido precisamente el ser humano el que ha convertido el parir y el nacer en una enfermedad, en un acto médico frío y mecánico. Como dice Michel Odent lo que hay que hacer es “mamiferar el parto”, darnos cuenta todos de una vez, que parir es un acto natural y fisiológico, que la mayoría de las veces transcurre con normalidad sin necesidad de ningún tipo de intervención ni ayuda externa, siempre que tenga lugar en un ambiente cálido, cómodo y en confianza.
Hay muy pocas mujeres que opten por el parto en casa desde el principio. La mayoría lo hace tras informarse muy bien de lo que ocurre en el hospital o tras haber vivido una primera experiencia traumática en él. Yo soy de las segundas y hay muchos casos como el mío. En realidad no optamos por parir en casa, sino que las circunstancias obligan, porque no podemos volver a parir en el hospital, seríamos incapaces de hacerlo, el miedo nos paralizaría. Esto debería llevar a los sanitarios a reflexionar sobre como llevan a cabo su trabajo.
No creo que tenga más hijos, pero si volviera a quedarme embarazada, volvería a dar a luz en casa. Y mientras nadie me demuestre que es posible parir en cualquier hospital sin prisas, sin malos modos y sin imposiciones, mi casa será siempre, para mí, el mejor sitio para parir.

3 comentarios:

  1. Yo paría a mi primer hijo en un hospital y fue horrible...Hace dos meses tuve a una niña,y la tuve en un sitio lo mas parecido a casa,en Acuario,porque asi me hicieron sentir,en casa.

    Si volviera a parir lo volveria a hacer en Acuario o en casa..

    Felicidades por el relato.Un beso

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  2. Felicidades por tus 2 soles. Me llamo Jeimi y soy una argentina que vive en Barcelona. Soy mamá de un niño llamado Jaume, al que di a luz en casa.

    Al principio era reacia a parir en casa porque provengo del mundo de la medicina, soy dermatóloga de profesión. Y además porque en Argentina, mi país de origen, los partos en casa son poco comunes. Lo que prima es el parto medicalizado.

    Pero gracias a mi esposo Jordi cambié de opinión. Jordi me convenció para dar a luz a nuestro hijo Jaume en casa. Para ello me enseñó webs donde se hablaba del tema, me acompañó a charlas y también leí libros sobre este tema. Y al final, decidí que si mi embarazo se desarrollaba con normalidad, nuestro hijo Jaume nacería en casa.

    El parto fue una experiencia muy linda y apacible. Y no me arrepiento de ello.

    Gracias por escucharme.

    Somos Jeimi, mi esposo Jordi y nuestro único hijo, el pequeño Jaume.

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