A estas alturas me doy cuenta de que no he explicado quien es el “Bubo”.
El “Bubo” es Jesús. Así lo bautizó su hermano al poco de nacer, y con ese mote se ha quedado. Creíamos que era una deformación de la palabra “bebé”, pero resulta que la palabra Bubo existe y es la denominación taxonómica del Búho Real. Lo descubrimos estando de visita un día en el zoo. Y es curioso, porque cuando nació, Jesús llamaba la atención por sus enormes ojos redondos, que abría aún más si cabe en la oscuridad, asemejándose a un lemur o al susodicho búho.
Será simple casualidad, pero este no es más que un ejemplo del asombroso conocimiento innato que a veces Ángel demuestra tener y que da miedito.
Ángel es muy inteligente, tiene un uso del lenguaje increíble, un gran vocabulario y una dicción perfecta. Sabe encontrar la palabra adecuada para cada ocasión y si no la conoce se la inventa, construyendo así un nuevo idioma que terminamos compartiendo toda la familia: camas saltónicas (elásticas), choquetazos (accidente de coche), quemante (algo muy caliente), pinchudo (algo con punta), foguso y percuyo (insultos), bicho-helicóptero (libélula), motocoche (moto con 2 ruedas delante y una detrás)… son algunos de los términos que ha acuñado durante este tiempo.
Pero lo más alucinante es su capacidad de comprensión de lo que le rodea, sobre todo de las actitudes y comportamientos de los demás. De su hermano dice que “le interesa todo mucho”, cuando éste se para a contemplar cada colilla que encuentra tirada en el suelo de la calle, o “el Bubo quiere ser libre” cuando su hermano no quiere dar la mano o subirse al carrito. La última, que me hizo reír un montón, fue cuando tras hacer varios tiburones de plastilina sentenció que acababa de hacer una familia de “chan-chanes” (entiéndase “chan- chán” como la banda sonora de la película “Tiburón”). ; P
Jesús ya está diciendo sus primeras palabras: teta, papá, mamá, nene, keka (muñeca), Age (Ángel), chichi-palo, lado (helado), alán (flan), popa (Bob Esponja), Aja (Lady Gaga), pan, pollo, hola, adiós… y frases como: “el obo cha chocho” (el globo se ha roto) o su preferida últimamente: “¡cállate mamita!”.
Debe ser que el ansia porque hable me hace estar impaciente y me parece que avanza muy despacio, que no termina de arrancarse del todo. El pobre todavía no tiene ni dos años y ya quiero que me recite a Shakespeare. De momento estamos ensayando el cumpleaños feliz. Ya os contaré que tal lo canta cuando le toque soplar las velas.
El “Bubo” es Jesús. Así lo bautizó su hermano al poco de nacer, y con ese mote se ha quedado. Creíamos que era una deformación de la palabra “bebé”, pero resulta que la palabra Bubo existe y es la denominación taxonómica del Búho Real. Lo descubrimos estando de visita un día en el zoo. Y es curioso, porque cuando nació, Jesús llamaba la atención por sus enormes ojos redondos, que abría aún más si cabe en la oscuridad, asemejándose a un lemur o al susodicho búho.
Será simple casualidad, pero este no es más que un ejemplo del asombroso conocimiento innato que a veces Ángel demuestra tener y que da miedito.
Ángel es muy inteligente, tiene un uso del lenguaje increíble, un gran vocabulario y una dicción perfecta. Sabe encontrar la palabra adecuada para cada ocasión y si no la conoce se la inventa, construyendo así un nuevo idioma que terminamos compartiendo toda la familia: camas saltónicas (elásticas), choquetazos (accidente de coche), quemante (algo muy caliente), pinchudo (algo con punta), foguso y percuyo (insultos), bicho-helicóptero (libélula), motocoche (moto con 2 ruedas delante y una detrás)… son algunos de los términos que ha acuñado durante este tiempo.
Pero lo más alucinante es su capacidad de comprensión de lo que le rodea, sobre todo de las actitudes y comportamientos de los demás. De su hermano dice que “le interesa todo mucho”, cuando éste se para a contemplar cada colilla que encuentra tirada en el suelo de la calle, o “el Bubo quiere ser libre” cuando su hermano no quiere dar la mano o subirse al carrito. La última, que me hizo reír un montón, fue cuando tras hacer varios tiburones de plastilina sentenció que acababa de hacer una familia de “chan-chanes” (entiéndase “chan- chán” como la banda sonora de la película “Tiburón”). ; P
Jesús ya está diciendo sus primeras palabras: teta, papá, mamá, nene, keka (muñeca), Age (Ángel), chichi-palo, lado (helado), alán (flan), popa (Bob Esponja), Aja (Lady Gaga), pan, pollo, hola, adiós… y frases como: “el obo cha chocho” (el globo se ha roto) o su preferida últimamente: “¡cállate mamita!”.
Debe ser que el ansia porque hable me hace estar impaciente y me parece que avanza muy despacio, que no termina de arrancarse del todo. El pobre todavía no tiene ni dos años y ya quiero que me recite a Shakespeare. De momento estamos ensayando el cumpleaños feliz. Ya os contaré que tal lo canta cuando le toque soplar las velas.
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