jueves, 20 de abril de 2017

A TI QUE QUIERES AMAMANTAR

Tras dar de mamar 4 años y medio, resulta que no sé nada de lactancia materna. No se valorar un agarre, no se diagnosticar una mastitis, ni qué recomendar para que se solucione. Lo único que tengo claro es que para superar las dificultades es necesario fuerza de voluntad y buscarse la vida.

A ti que quieres amamantar, te diría que te preguntes si realmente quieres hacerlo y por qué. Es algo que hay que plantearse antes de parir. Luego puedes cambiar de opinión, pero si de verdad quieres intentarlo, si es importante para ti, debes prepararte para ello antes de dar a luz. Por prepararte me refiero, a que debes tener recursos localizados, un as en la manga que puedas utilizar si llegas a necesitarlo.

Tienes que saber que es probable que la ayuda que necesites no se encuentre en el ámbito “oficial” de la medicina. 

Si quieres amamantar ve a por todas: acude a reuniones, llama a asesoras, mira vídeos, participa en foros y pregunta. Si no consigues que la ayuda vaya a ti, ve tú en su busca.

Una asesora de lactancia puede tener más o menos experiencia, y puede acertar más o menos en su valoración pero siempre te aportará cosas muy valiosas como:
  • Compresión: ellas saben del valor de la lactancia y de la importancia que tiene para ti el lograr amamantar.
  • Apoyo emocional: te darán confianza y fuerzas para continuar con la lactancia si ese es tu deseo.
Por eso, una asesora de lactancia nunca te recomendara un destete si no es necesario y tú no quieres destetar, y solo te recomendará suplementar cuando sea necesario y lo hará de una forma que no ponga en peligro la lactancia y te permita volver poco a poco a la lactancia materna exclusiva, si es tu deseo.

Busca múltiples opiniones. Prueba todo, que por probar no quede. Si algo no funciona prueba otra cosa: masajes, posturas, técnicas, distintos sacaleches (si es necesario), etc.

Pero sobre todo, sé rápida, no lo dejes pasar. Porque cada día que pasa con dudas y dificultades, se va agotando tu energía, aumenta el miedo y las posibilidades de abandono.

Y por qué no, ten paciencia y persiste. Al final encontrarás la solución a tu problema de una forma a otra y todo mejorará, todo pasará y habrá merecido la pena intentarlo y resistirse a tirar la toalla.

Porque el esfuerzo compensa, de verdad.


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