jueves, 18 de junio de 2015

DOULAS INJURIADAS, MATRONAS INDIGNADAS, MUJERES HERIDAS

De una época a esta parte, un sector de la matronería ha hecho frente común y desatado una guerra contra las doulas en particular y a mi entender contra las mujeres en general. 
Su discurso se centra en negar la existencia de mala praxis y violencia en la práctica de la obstetricia a pesar de las pruebas irrefutables que existen de ello como puede constatarse por ejemplo analizando los resultados del Informe del Ministerio de Sanidad al respecto de la implantación de la Estrategia de Atención al Parto Normal. Tildan a quienes critican su proceder de mentirosos o exagerados que quieren meter miedo a las embarazadas para sacar provecho económico de ello, ignorando empecinadamente las pruebas que justifican esas críticas.


En su obcecación por defender su honor ante todo y pese a todo, están perdiendo las formas y están haciendo un flaco favor a las mujeres ocultándoles la verdad de la atención al parto en nuestro país. Están desinformándolas, mintiendo a cerca de los procedimientos que se emplean en la atención al parto, injuriando a otros colectivos y profesiones y poniendo en duda la capacidad de las mujeres de, tras informarse, elegir lo mejor para ellas y sus bebés.

En lugar de ser sinceras y sacarlas de su error, dan palmaditas en la espalda a las mujeres que no se quejan de sus partos aún no habiendo sido respetados, perpetuando la farsa en la que nos hayamos inmersos y convirtiéndose así en cómplices indirectos de la mala praxis que dichas mujeres sufrieron. Al mismo tiempo ponen en duda los testimonios de quienes mostramos nuestro descontento con la atención que hemos recibido. Nos faltan pues doblemente al respeto.

La preparación al parto y la atención al parto normal es responsabilidad de las matronas. Es vuestra obligación hacer las cosas bien, informar adecuadamente a las mujeres, empoderarlas para que pierdan el miedo al parto, orientarlas hacia lo más sano. ¿Con la mano en el corazón podéis asegurar que de verdad lo estáis haciendo bien?

Yo di a luz a mi primer hijo hace más de 9 años. En las clases de preparación al parto me enseñaron a respirar (con ese tipo de respiración que termina hiper ventilándote y mareándote) y a pujar tumbada. Si eso no es adoctrinamiento no sé lo que es. No me dijeron que esa era la peor posición para parir y luego durante el parto tampoco me dieron ninguna opción de ponerme de otra manera. En las clases de preparación al parto no dijeron en ningún momento que la episiotomía pudiese evitarse, se daba por supuesta. Recuerdo que pusieron un vídeo de parto de los años 70 súper casposo, me niego a creer que no hubiera por entonces un material audiovisual mejor y más moderno. Me dijeron que la lactancia materna era lo mejor pero luego en el hospital nadie me ayudó con ella, a nadie le importaba si conseguía o no dar de mamar.

Me ingresaron estando de sólo 2 cm, cuando ahora sé que no se debe hacerlo antes de los 4 cm porque todavía no se está de parto. Nadie me lo había dicho. Me pusieron oxitocina desde el principio sin saber todavía si iba a ser o no necesaria. Me rompieron la bolsa sin pedir permiso ni avisar. La epidural me dio fiebre (nadie me había informado de que eso podía ocurrir). Mi niño sufría, usaron fórceps, me hicieron una episiotomía enorme que luego nadie me ayudó a cuidar y que se me infectó. Perdí mucha sangre, tuvieron que ponerme hierro, no encontraban la vena o lo que fuese para la vía, me pincharon varias veces, fue muy desagradable. Estuve una semana ingresada. Mi hijo 10 días. Nació con fiebre. Sospecharon de infección. No tenía nada. No existían política de puertas abiertas en la uci neonatal. Sólo podía estar con mi hijo una pocas horas al día. No hubo piel con piel. No fue posible la lactancia. Sufrí mucho.

Cuando tras todo esto me puse a investigar porque había pasado lo que había pasado me topé con mucha información en internet. Información que no me dieron en las clases de preparación al parto. Empecé a escuchar hablar de la OMS y sus recomendaciones. Leí el libro “La Revolución del Nacimiento” y por fin me enteré de como era un parto de verdad y lo que era bueno y malo hacer durante el mismo. En mi segundo embarazo ya no hice preparación al parto “tradicional”. No me hizo falta. Con todo lo que aprendí en internet gracias a mujeres que desinteresadamente proporcionan información a las embarazadas, pude tener un segundo parto bonito, sano y seguro, en el que ni mi niño ni yo sufrimos.

A día de hoy, a pesar del tiempo transcurrido desde el nacimiento de mi primer hijo, me consta que  tanto las clases de preparación al parto como la atención al mismo siguen dejando muchísimo que desear, y muchas mujeres sufren como lo hice yo. Un poco de respeto a todas ellas, por favor.

Matronas, trabajad bien de verdad y dejad de perder el tiempo con disputas y guerras estériles. No os vendría mal un poco más de autocrítica, menos orgullo y prepotencia. Hay un problema grave de salud en este país con este tema y ustedes son parte de ello. Mientras no dejen de mirarse el ombligo y apuesten de verdad por el cambio muchas mujeres y sus bebés van a seguir pasándolo mal. Estudien el informe del Ministerio de Sanidad sobre la aplicación de la estrategia y esfuércense por mejoras las cifras de los indicadores en lugar de criticar sin piedad y sin razón a quienes lo único que hacen es tratar de ayudar a que las mujeres tengan buenos partos, sean doulas o no.

2 comentarios:

  1. Lo importante es que se respete la fisiología del embarazo y a la mujer, y está visto que no lo hacen. Genial post. Gracias por escribirlo.

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    1. Gracias a ti. Me gustaría no tener que escribirlo, la verdad. Pero hay que poner las cosas en su sitio. Un beso.

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