viernes, 1 de abril de 2011

RENEGANDO DE LA LACTANCIA MATERNA (II)

Momento Actual (2011)
Ahora el motivo para no dar el pecho, a parte de la estupidez de tratar de evitar con ello que no se nos caiga, no está en pertenecer a una determinada clase social o tener una ideología feminista, tal y como se planteó el feminismo en sus comienzos.

De hecho actualmente las mujeres que más amamantan suelen tener un nivel socio-cultural elevado, al contrario de lo que ocurría en el primer ejemplo que he desarrollado. La vida laboral tampoco es un impedimento. Compatibilizar trabajo y maternidad es difícil pero no imposible. Con apoyo y la ayuda de un sacaleches se puede seguir amamantando una vez que ha finalizado la baja maternal y nos hemos reincorporado al mundo laboral. Sin embargo son muchas las mujeres que creen equivocadamente que amamantar a sus hijos supone “hacerles un feo a sus parejas” quienes supuestamente quieren compartir al 50% todos los aspectos de la crianza, incluida la alimentación durante los primeros meses mientras los bebes son lactantes. Para ser políticamente correctos muchas parejas eligen el biberón porque les permite turnarse en las tomas y que el padre se sienta involucrado desde el primer día con el recién nacido. Sobre este tema ya hablé en la entrada: “Compartir la crianza o compartir la lactancia”.

Renunciar a la lactancia provoca la falsa ilusión de que gracias a ello los varones se responsabilizan más de sus crías y las mujeres vemos reducido nuestro trabajo con respecto a los niños. Sin embargo los bebés, tanto si toman biberón como si toman teta, demandan mucha atención, mayormente de sus madres que son quienes los han gestado y con quienes a lo largo del embarazo han establecido un mayor y lógico vínculo.

Lo moderno ahora es pensar y actuar como si padre y madre fuesen totalmente intercambiables.

Está claro que no somos iguales, puesto que para que lo parezca hemos de inhibir un proceso fisiológico y hacer uso de preparados alimenticios artificiales y artilugios de plástico. Un padre biberón en mano nunca será igual que una madre que ofrece amorosamente su cálido seno a su bebé.


¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué tanto hombres como las propias mujeres nos empeñamos en sabotear la lactancia? ¿Quién y qué gana con ello?

El hombre (varón) se ha embarcado en miles de cruzadas a lo largo de la historia, defendiendo tierras, ideologías y religiones, sin embargo nunca se han creado ejércitos para defender a las mujeres y sus derechos, entre ellos el de amamantar si quieren. Al contrario, como hemos visto, se han inventado y mantenido miles de excusas para conseguir que la mujer no hiciese lo que en ella es natural ¿por qué?

Es curioso este boicot a una actividad exclusivamente femenina. Para ser mujer no hace falta ser madre ni dar el pecho, pero para parir y dar el pecho es obligatorio ser mujer. Por ello, desde mi punto de vista, ningunear la lactancia equivale a ningunear a la mujer como género. Es ningunearnos a todas, hayamos querido o no, podido o no, dar el pecho. Hacernos sentir que lo que nos es propio no es importante, que es algo feo, antiguo o fácilmente sustituible, es poner en tela de juicio nuestro valor dentro de la especie humana.

Algo que últimamente detecto con facilidad y con bastante frecuencia es cuando alguna persona para darse importancia desprecia a otros. Para situarnos por encima tenemos dos opciones: volar sobre los demás o tratar hundirles en el fango. Creo que con el desprestigio de la lactancia se consigue lo segundo.

El sexo masculino es competitivo por naturaleza, tiende a querer controlar y dominar todo, incluido a sus propios congéneres, y ¿cómo se consigue dominar a alguien? lo más fácil es logrando que se sienta poca cosa, sin valor, prescindible. Así el hombre domina a la mujer, aunque lo haga de manera inconsciente y las mujeres no nos percatemos de ello.

Recuerdo cuando Jesús tenía unos 3 o 4 meses, que me ví a mi misma pensando en lo increíble que era que ese pedacito de carne estuviese vivo y sano, moviéndose y creciendo gracias exclusivamente a un líquido que salía de mi cuerpo. Lograr amamantar es una experiencia que da mucha seguridad y poder a la mujer que lo consigue y una mujer satisfecha consigo misma y con su cuerpo difícilmente es sometida por nada ni por nadie. Por eso creo que hasta que los hombres no valoren y defiendan la lactancia, no apoyen a sus mujeres en esta tarea, no podremos decir que se ha acabado el llamado machismo, la discriminación y el abuso hacia la mujer, por mucho que ahora podamos trabajar y vivir independientemente de los hombres.

Se ha hablado de “la envidia del pene” que supuestamente teníamos las mujeres que queríamos parecernos a los hombres. Yo ahora hablo de “la envidia de la teta”. Nosotras podemos amamantar y ellos no y eso no terminan de aceptarlo. No hablo de mi marido, ni del tuyo que me estas leyendo, ni de ti si me lees y te das por aludido porque eres un macho, hablo del sexo masculino en general. Creo que el pensamiento es: “si yo no puedo, tú tampoco” y por eso se trata de desprestigiar la lactancia para que nosotras mismas decidamos no amamantar.

No aceptan que podamos “volar” por encima de ellos y nos cortan las alas, nos cortan la leche.

No somos ni más ni menos que los hombres por poder amamantar, somos distintos y esa diferencia es lo que nos hace especiales, y todos deberíamos respetar y valorar eso que nos hace únicas.

Yo no quiero tener pene, pero tengo tetas y quiero utilizarlas para lo que valen, así que vale ya de cuentos y de excusas.

3 comentarios:

  1. He llegado a tu blog con la "escopeta cargada" por el titular, pero me ha encantado tu reflexión.

    ¿Sabes lo peor de todo esto? Que en todas esas reflexiones sobre compartir la maternidad o la paternidad nunca se tienen en cuenta las necesidades del niño o lo que es mejor para él. Es un punto de vista muy egoista y adultocéntrico. Nos tendríamos que centrar más en qué es lo que realmente necesita un recién nacido y no en lo que necesitamos los adultos para sentirnos mamás o papás.

    Y qué decir tiene que en los casos en los que la razón para elegir biberón es que lo pueda dar el papá, la mamá termina alimentando en el 90% de las ocasiones a niño :(

    ¡¡¡Gracias por tu reflexión!!!

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  2. Totalmente de acuerdo contigo. Te has expresado de maravilla y has puesto palabras a muchos pensamientos, entre ellos, los mios.

    besos

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  3. Me ha encantado esta frase:
    "Lo moderno ahora es pensar y actuar como si padre y madre fuesen totalmente intercambiables."
    Me la apunto, con tu permiso.

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