jueves, 9 de septiembre de 2010

MATERNIDAD Y MENTIRAS


La sociedad occidental actual no es muy amiga de la maternidad y por consiguiente tampoco lo es de los niños. Esto es así porque desprecia el instinto y todo lo que suena a natural y trata de sustituirlo por normas, reglas y costumbres que van conformando una cultura de la reproducción y la crianza muy alejadas de nuestra verdad de animales mamíferos.
Esta impostura falsa, estandarizada y mecánica no hace sino provocar sufrimiento e infelicidad a las familias, que viven estos momentos tratando de responder a unas expectativas sociales que entran en contradicción con sus necesidades y les alejan de sus sentimientos, dejándoles insatisfechos y desencantados muchas veces con la experiencia de la paternidad. 

Este tema daría para escribir un libro, o más bien una enciclopedia de varios tomos; uno para el embarazo, otro para el parto, otro para la lactancia, otro para la crianza en general… pero yo me voy a limitar a enunciar unas cuantas de las múltiples mentiras que circulan por ahí sobre lo que se supone que es lo mejor o más adecuado para nosotras y nuestros bebés.

10 MENTIRAS SOBRE LA MATERNIDAD:
  • No importa programar y adelantar la fecha de nacimiento de nuestro bebé.
  • Da igual que un bebé nazca por cesárea que por vía vaginal.
  • La episiotomía es obligatoria siempre.
  • Con nuestro bebé en el nido podremos descansar.
  • Tu leche no le alimenta suficiente porque es mala.
  • La leche de fórmula es igual de buena que la leche materna.
  • Los niños deben dormir solos en su cuna.
  • Si lo coges se malacostumbra.
  • Es bueno para sus pulmones que llore.
  • La guardería socializa a los bebés.

Supongo que con el tiempo iré desgranando todos estos temas, aunque basta con bucear un poco por Internet para encontrar fácilmente referencias sobre ellos.


Creo que para evitar caer en estos embustes, las futuras mamás deberíamos adoptar una actitud más crítica ante la vida en general y sobre todo ante los que se erigen como portadores de la verdad absoluta. Porque muchos se consideran a si mismos y se presentan como “expertos”: en salud, en educación, en “porque lo digo yo que soy muy listo”… pero nadie sabe mejor lo que más le conviene a nuestra familia que cada una de nosotras mismas.


He elegido las diez mentiras más representativas y que me parece que pueden causar más daño, pero hay muchísimas más. Te invito a añadir las que conozcas a la lista.

2 comentarios:

  1. Este post me llega al alma. Últimamente lo ando pasando mal ante la necesidad de llevarla a la guardería por motivos laborales.
    Pero en general se dicen muchas frases que son mitos o creencias como las que tú planteas y que pueden hacer daño.

    Yo añadiría mil y una más. Pero te pondré así rápidamente alguna que rápidamente me han venido a la cabeza:
    - Tiene que tomar biberón con cereales.
    - Tiene que comer en la trona.
    - Si va descalza se resfriará.

    Todas parecen ser mandatos, imperativos... Normalmente te las dicen personas que se ponen nerviosas o viven con estrés todo lo que no sea "lo que toca", "lo que hay que hacer"...
    Desde mi punto de vista todo viene por la actitud. El tratar a los niños como seres caóticos a los que hay que controlar, vigilar, someter... Algo así como someterles a operaciones quirúrgicas mentales para que se comporten como es debido.
    Eso no es lo que he aprendido yo. Lo que la vida me ha enseñado es que no somos perfectos. Que la vida no es perfecta, sino maravillosa. Y que hay que disfrutarla.

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    1. Si. El problema está no sólo en mentir (que hay mucha mentira por ahí suelta) si no en generalizar y en obligarnos directa o indirectamente a hacer algo que no queremos hacer o a dejar de hacer algo que nos dicta el instinto y el corazón. Está claro que ni padres, ni hijos, ni familias en general somos todos iguales así que no podemos comportarnos igual por mucho que se insista en ello. Y ya la repanocha es cuando quien te da un "consejo bienintencionado pero equivocado y desinformado" se indigna y se lo toma como algo personal cuando no le haces caso. Hay millones de cosas que repetimos como loritos y no sabemos de donde han salido ni nos hemos parado a reflexionar sobre ellas antes de darlas por buenas e ir recomendándolas por ahí y se hace mucho mal con ello.

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