Han pasado ya dos fines de semana de la huelga de deberes convocada por la CEAPA y yo he sacado unas cuantas conclusiones al respecto de esta iniciativa y sus repercusiones.
1. SEGUIMIENTO Y ÉXITO DE LA INICIATIVA: MOJARSE O NO MOJARSE.
En primer lugar la huelga es un éxito por el mero hecho de estar de actualidad y en boca de todos, independientemente del seguimiento que tenga. Aún así, opino que va a ser difícil cuantificar su seguimiento, y no creo que sea muy elevado por tres motivos:
- Porque aunque parezca mentira seguro que hay padres que no se han enterado de la propuesta.
- Porque aunque parezca mentira de nuevo, hay padres que están a favor de que sus hijos hagan deberes.
- Pero sobre todo porque muchos padres y niños no la seguirán por miedo a las posibles “consecuencias”.
Estas consecuencias van desde bajar la calificación (aunque las notas numéricas en primaria no se tienen en cuenta), castigar de alguna manera al niño (por ejemplo sin recreo), enfrentarse a una situación incómoda con el docente. En mi opinión es sin duda esta última la que tiene más peso en la decisión de los padres.
Admitámoslo, tenemos más miedo que vergüenza y muchos padres que se quejan de los deberes, no van a sumarse a la huelga por miedo a la confrontación, a meterse en problemas. Ya hay otros peleando por sus derechos, para que molestarse. Quejarse es deporte nacional, al igual que lo es la inacción. Luego eso sí, todos disfrutarán de los frutos de esta lucha, que si bien no madurarán a corto, sin duda si lo harán a largo plazo.
2. HUELGA: MEDIDA DESESPERADA.
¿Por qué una huelga? Pues porque el diálogo se ha intentado y no ha funcionado. Quienes dicen que la huelga es ir demasiado lejos y que antes habría que haber recurrido al diálogo, no se han topado con la negación de los centros y los docentes a negociar. Quienes han convocado la huelga están en contacto con muchos centros educativos, reciben las quejas de miles de padres desesperados, que no saben qué más hacer, para que sus hijos no se pasen las tardes enteras enterrados entre libros.
Es suficiente con darse una vuelta por el grupo de facebook "Basta de Deberes" para comprobar que este es un problema real, que afecta a mucha gente y que no suele solucionarse a través del diálogo, pues los docentes no se bajan del burro, no atienden a razones, sino que suelen mostrarse inflexibles al respecto.
Es suficiente con darse una vuelta por el grupo de facebook "Basta de Deberes" para comprobar que este es un problema real, que afecta a mucha gente y que no suele solucionarse a través del diálogo, pues los docentes no se bajan del burro, no atienden a razones, sino que suelen mostrarse inflexibles al respecto.
3. LA ENTELEQUIA DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA.
Si se ha llegado a este extremo es porque a la hora de diseñar metodologías e implantarlas, los centros no tienen en cuenta la opinión de los alumnos ni de sus familias. Ni si quiera se nos consulta. En la práctica no existe eso que han dado en llamar “Comunicad Educativa”. Y no solo no podemos participar en la construcción de los centros educativos, a donde mandamos un mínimo de 5 horas todos los días a nuestros hijos, sino que tampoco se nos “permite” decidir qué hacer en nuestra propia casa tras la jornada lectiva.
Todo esto a pesar, de que según la propia LOMCE: “Las familias son las primeras responsables de la educación de sus hijos y por ello el sistema educativo tiene que contar con la familia y confiar en sus decisiones". De hecho hay una sentencia del constitucional al respecto, que dice que la libertad de cátedra termina en la puerta del colegio.
Dado que estas tareas además han de realizarse en nuestro hogar, la lógica me dice que deberían tenerse en cuenta nuestra opinión, nuestras circunstancias y confiar en el criterio paterno.
4. LA TAREA COMO OPCIÓN.
Todos, padres y profesores deberíamos tener claro que: no en todos los centros se mandan deberes y no todos los profesores los mandan, porque la ley no obliga a mandarlos, al igual que no habla en ningún momento de libros de texto o de exámenes. Todas estas son herramientas que los profesores deciden libremente usar o no en su trabajo.
¿Por qué los mandan entonces? Pues porque no quieren o no saben sustituir estas herramientas por otras y sobre todo porque los deberes forman parte de sus creencias personales, filosofía vital y la costumbre. La cultura de los deberes no tiene que ver con las reformas educativas, los temarios o la falta de recursos. Es un principio que se da por sentado y muchos consideran incuestionable. Sin embargo, se puede enseñar prescindiendo de mandar tarea para casa, muchos lo hacen. Se trata simplemente de sustituir la obediencia por la curiosidad y el interés genuinos.
De manera que negarse a hacer tarea en casa no vulnera ninguna ley, mientras que obligar de manera directa o indirecta a los niños a hacerla si que lo hace (artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño: “derecho al esparcimiento, al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales”).
El problema fundamental de los deberes, aparte de que invaden la vida familiar y el tiempo de los niños tras la jornada escolar, está en su propia definición. Están concebidos como obligatorios y se suele penalizar a los niños por no hacerlos. Si los deberes no fueran obligatorios y no contasen para la nota quizá los abordaríamos de otra manera. Cuando nos pareciesen necesarios e interesantes se harían de buena gana y todos saldríamos ganando.
5. ARGUMENTOS Y LÍMITES.
Estos días se repiten las conversaciones en las que unos por un lado defienden los deberes argumentando la necesidad del refuerzo de lo aprendido, de crear hábitos de estudio, ejercer la responsabilidad, etc. mientras que otros argumentan que los niños deberían aprender lo necesario dentro del aula y que los deberes no son la única herramienta para conseguir inculcar a los niños la importancia del esfuerzo y el trabajo bien hecho.
En realidad, lo que a casi todos nos preocupa, porque nos educaron para que nos importara, son los resultados académicos y resulta que los estudios científicos demuestran que en infantil y primaria los deberes no mejoran los resultados si no que son contraproducentes porque originan estrés y desmotivación. Ya solo por esto deberían ser desterrados por completo de nuestro sistema educativo.
Podemos decidir conscientemente obviar estos estudios, pero lo que no se puede negar es que los deberes son para muchas familias una fuente de problemas, por eso existe esta reivindicación. Creamos que son buenos o no, necesarios o no, el límite a los deberes debería estar siempre en preservar la salud y el bienestar de los más pequeños. Se trata de sopesar pros y contras, ventajas e inconvenientes y actuar en consecuencia. Por muchos beneficios que aportasen los deberes, si las desventajas son mayores, no deberían mandarse, no a toda costa.
6. LA ESCUELA: PARTE DE LA VIDA, NO LA VIDA ENTERA.
Una de las estrategias más socorridas y utilizadas en los últimos días para la defensa de los deberes es atacar a las extraescolares, culpando a estas clases de ser las causantes del estrés y la falta de tiempo libre de los más pequeños. De nuevo, un tercero, sea profesor u otro padre, se cree con derecho a inmiscuirse en nuestro tiempo libre, juzgando nuestras actividades.
La clave está en que muchos posicionan la escuela y la educación reglada en el centro de las vidas de los niños, despreciando todo aquel conocimiento, formación y educación que no se suministre dentro de las aulas de los colegios.
Sin embargo, la escuela es una parte importante en la vida de los niños, pero es solo una parte, no toda su vida. Se puede y se debe aprender de otras fuentes, cosas que en el colegio no se enseñan. La tarea para casa impide a los niños ejercer su derecho a desarrollarse plenamente, a veces incluso, simplemente a desconectar y descansar.
7. CONTRA LOS DEBERES NO CONTRA LOS PROFESORES.
Como hemos podido comprobar, tanto en las redes sociales como en los centros escolares, algunos profesores se toman la huelga como algo personal, cuando la huelga es en contra de los deberes no de los profesores. Los profesores son mucho más de los deberes que mandan, y su labor no debería definirse ni centrarse exclusivamente en el trabajo que mandan para casa.
Los deberes parten de la premisa errónea de que el profesor tiene autoridad fuera del aula y que las familias no tenemos más remedio que obedecer. Por eso, hay profesores que se están tomando muy mal, lo que ellos consideran una “insurrección”.
8. DELIMITANDO ESPACIOS: LA VERDADERA REIVINDICACIÓN.
En realidad la huelga de deberes no es el objetivo de la iniciativa de la CEAPA sino su consecuencia. En sus propias palabras lo que se pretende es que “…recuperemos el tiempo libre de nuestros hijos e hijas durante los fines de semana y, con ello, el tiempo familiar que necesitamos para poder realizar actividades conjuntas y ejercer mejor aún nuestra función de padres y madres.” Dejar de hacer la tarea es un medio para conseguir este loable fin.
Por esto nos animan a planificar actividades concretas con nuestros hijos, llevarlas a cabo, y comunicárselas a los profesores para que “entiendan la coherencia de nuestra petición y puedan comprobar que hacemos lo que decimos”. De esta manera se pone de manifiesto la perversión del sistema, en el que los sectores más críticos que defienden su derecho a elegir libremente que hacer en su esfera privada, terminan animando a los padres a justificar ante los profesores sus decisiones, explicándoles lo que hacemos o dejamos de hacer en nuestro tiempo libre. Nos declaramos insumisos, no pedimos permiso, pero si perdón para que no nos castiguen…
Creo que la comunicación es fundamental con los profesores, y no tengo problema alguno en decirles como pasamos los fines de semana, pues no hacemos nada estrambótico ni ilegal que quisiera ocultar, pero el cambio pasa por creernos nosotros mismos que no tenemos obligación ninguna de dar explicaciones, porque en casa mandamos nosotros.
Bravo
ResponderEliminarGracias! Un abrazo.
EliminarMuy bien explicado, olé!
ResponderEliminarGracias! Un besote.
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