Mi hijo mayor ha sido evaluado y “diagnosticado”
como un niño con Altas Capacidades, tiene un índice de Capacidad General de 155
y una gran creatividad. Siempre ha destacado por tener un vocabulario muy rico
y una dicción perfecta. Con 5 años ya sabía leer perfectamente y devora libros
con pasión y rapidez. Es muy curioso y tiene gran interés por muchas materias
como por ejemplo las matemáticas y la astronomía. De pequeño era poco hábil
físicamente, aunque ha mejorado mucho en cuanto al control de su cuerpo, su
agilidad y reflejos. Siempre se ha caracterizado por ser muy precavido, ser muy
“mal perdedor” y actualmente tiene una caligrafía nefasta que no hay manera de
que mejore, todo ello típico en los superdotados. Es un niño responsable, tiene
buen comportamiento y siempre ha sacado muy buenas notas. Fue su tutor quien
nos dijo que sospechaba de sus altas capacidades y quien derivó el caso a la
orientadora para su evaluación. Últimamente sale a veces enfadado de clase
porque le mandan deberes para casa mientras que en clase el profesor repite lo
mismo varias veces para que sus compañeros entiendan la lección, cuando en su
caso él no necesita de esa reiteración.
No nos ha quedado más remedio a
su padre y a mí que ponernos a investigar rápidamente sobre este tema para
saber a qué atenernos. Además de la información que nos proporciona la orientadora
a quien freímos a preguntas, hemos buceado por internet y hemos dado con un
libro muy útil: “La maldición de la inteligencia” de Carmen Sanz Chacón.
El título no es demasiado halagüeño,
pues muchas personas sufren por verse y ser vistos por los demás como bichos
raros por su excesiva inteligencia. Queda clara la importancia de la detección temprana de estos casos y la adecuada
atención a estas personas, pues no hacerlo puede suponer mucho sufrimiento
a las familias como pone de manifiesto este caso que ha salido a la luz hace poco en los medios. Existe una iniciativa de la Unión Europea promovida por una
fundación española que persigue precisamente esto. Los propios niños, sus
familias y sus profesores deben conocer sus capacidades y actuar de acuerdo a
ellas, proporcionándoles una educación que les permita desarrollar al máximo
sus potencialidades. Tradicionalmente solo se ha prestado apoyo especial a los
niños con dificultades en el aprendizaje, pero los niños con altas capacidades
requieren también de un tratamiento adecuado a sus circunstancias.
El libro enumera una serie de
características de los niños superdotados:
1. Aprenden muy rápidamente, por ejemplo a leer muy pronto.2. Les gusta estar con niños mayores.
3. Tienen gran capacidad de abstracción.
4. Hipersensibilidad.
5. Piensan más rápido, obtiene conclusiones apenas sin pensar.
6. Lógica e intolerancia.
7. Muy exigentes con ellos mismos y los demás.
8. Poca resistencia a la frustración.
9. Hiperactivos mentales.
10. Problemas de estrés y enfermedades psicosomáticas.
11. Sentido del humor.
12. Creativos.
13. Tienden a cuestionar las normas y la autoridad.
14. Motivación solo para lo que les interesa.
El libro habla de los problemas a los que
pueden enfrentarse en el colegio, fundamentalmente el aburrimiento que puede
llevar al fracaso escolar y a problemas de comportamiento, o la falta de aceptación de sus compañeros
que puede incluso derivar hacia el mobbing.
Es fundamental no sólo facilitar
que los niños tengan a su disposición materiales y actividades que les
estimulen y resulten interesantes si no sobre todo trabajar su inteligencia emocional para que aprendan a vivir y
relacionarse con los demás, consigo mismos y su inteligencia de una manera
satisfactoria. Por suerte, mi hijo tiene un gran concepto de sí mismo, es un
niño alegre y feliz que tiene buena relación con sus compañeros. Su gran
inteligencia no está suponiendo un obstáculo o dificultad para sus relaciones
sociales así que en lo que tenemos que incidir es en el aspecto académico: en conseguir que siga disfrutando de ir al
colegio como hasta ahora.
No existen colegios especiales para niños con altas capacidades, y
aunque los hubiera no creo que quisiéramos llevarlo a uno de ellos. Su padre y
yo creemos que es importante que se relacione con todo tipo de niños y a ser
posible de su edad. Una opción que si existe es la aceleración o flexibilización: esto es, adelantar cursos. Esta
opción tiene sus pros y sus contras, pues si bien el niño puede tener una inteligencia
adecuada para cursar esos estudios superiores, su emocionalidad y experiencia
vital seguirán siendo las de un niño más pequeño y tendrá que convivir con
niños que le superan en estos ámbitos. Por último, y a lo que hemos optado
nosotros de momento es por la adaptación
curricular o enriquecimiento. La idea es que el niño sigue su curso normal pero
le proporcionan materiales adicionales de su interés. No se trata de añadir más
cantidad de lo mismo si no de sugerir otro tipo de actividades diferentes, más
divertidas y en las que se deja espacio a la creatividad y la resolución
imaginativa de problemas. Este método funciona en la medida en que los
profesores se impliquen, pues está claro que supone un esfuerzo adicional para
ellos.
En este sentido también hay unas
clases especiales que tienen lugar las mañanas de sábados alternos, es lo que
se llama PEAC Programa de Enriquecimiento Educativo para Alumnos con Altas Capacidades. Ángel ha
querido apuntarse y mientras le apetezca y le guste le llevaremos. Ya os iré contando
cómo se va desarrollando todo.
Hola, soy Paloma Hornos, madre de 2 niños de altas capacidades y miembro de AESAC (Asoc. Esp. de Superdotacion y Altas Capacidades). Profesionalmente soy Terapeuta de gestion de las emociones (www.gestionemocional.com) , y uno de los proyectos en los que he colaborado con AESAC es en crear talleres y cursos para el desarrollo emocional de los niños con Altas Capacidades.
ResponderEliminarConozco este tema por ambas vertientes, como madre y como profesional, y he de destacar la NECESIDAD de que estos niños, como todos los niños, se desarrollen como personas, aprendan empatia, gestion de las emociones, jueguen, manejen su asertividad, y adquieran INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Como padres tendemos a estimular la Inteligencia Intelectual, es mas sencillo y es lo que le agrada a nuestro hijo; pero por su bien y por nuestra propia salud mental, estimulemos el juego en grupo, la interaccion con otros niños, la cooperacion, hablemosles de emociones mostrandoselas, mostremos nuestra vulnerabilidad para que aprendan que ser vulnerables es en si la mayor de nuestras fortalezas.
A diferencia de lo que opina mi compañera Carmen Sanz Chacon, la inteligencia no es una maldicion, lo será si queda coja, si todos nuestros esfuerzos como padres y educadores los ponemos en su educacion intelectual, y no en su inteligencia emocional. Educacion no es solo saberse listas y manejar conceptos y tener conocimientos, educacion es preocuparse por el otro, mostrar sensibilidad, poner y respetar limites, mostrarse....
Dejemos de centrarnos en la calidad y cualidad de su "Educacion", que por poseer altas capacidades le sera muy sencillo, y preocupemonos de su parte mas tierna, de que se sienta orgulloso de si mismo, de que se acepte y acepte al otro y sobre todo: que es fantastico sentir!!!!!
No solo soy madre de 2 niños con Altas Capacidades, yo misma poseo ese Don (recordemos la belleza del Ingles, que se refiere a ellos como Gifted Children, que traducido significa "que tienen un DON).
Gracias por leerme.
Hola Paloma!
EliminarEstoy de acuerdo con todo lo que dices. Personalmente no sé si ando muy bien de Inteligencia Emocional como para servir de ejemplo a mi hijo, jeje, pero hago lo que puedo. Este mes es su cumpleaños y he sugerido a la familia que le regale el libro "Emocionario", dado que le gusta tanto leer pues no está de más que lea sobre las emociones. Yo le doy la tabarra siempre con que tiene que disfrutar del juego y no ser tan competitivo, que no gana nada pillándose los berrinches que se coge por perder. Ahora sé que es algo que va con su personalidad y lo veo de manera diferente. Trato también de que no se compare con los demás (sobre todo su hermano pequeño), que intente entender que todos somos distintos y tenemos gustos y ritmos diferentes, que no puede exigir a los demás que sepan lo mismo que él ni aprendan a su misma velocidad. Como digo en el post él está integrado y feliz así que de alguna manera ha desarrollado algo de esa inteligencia emocional de la que hablas. Aún así, intentaré estar al día de todo lo que salga en torno a este tema y pueda ayudarnos. Muchas gracias por tus sugerencias. Un beso.
Hola! Acabo de descubrirte y me encanta tu blog, tu forma de escribir ... Así que si me lo permites...me quedo por aquí...
ResponderEliminar¡Que bien! ¡Bienvenida! Aquí estaré. Espero que sigas disfrutando con los post y nos comuniquemos más veces. Un abrazo.
EliminarAnda, qué curioso que la inteligencia pueda resultar complicada... yo no fui niña con altas capacidades pero sí precoz para algunas cosas, así que acabé yendo a un curso más alto. Sí que fue duro en momento decisivos: por ejemplo al entrar a la secundaria yo tenía 11 años y mis compañeras/os 13, y claro, yo era muy niña y me costó muchísimo adaptarme. La Universidad también (entré con 16 años) pero un poco menos. Pienso que fuera de esos momentos de los que hablo, no es tan terrible. Mis padres me ofrecieron (al entrar a la secundaria) quedarme en casa y hacer cursos de otras cosas (inglés, deportes, etc) pero finalmente yo escogí seguir adelante.
ResponderEliminarAnna Luna, puede que si que lo seas pero no hayas sido evaluada-diagnosticada. Si te subieron de curso sería porque si que tenías altas capacidades. No conozco de nada a la autora del libro, pero en su "defensa" puedo decir que el título es muy efectista. Ella es Psicóloga Clínica y por su trabajo sobre todo tiene contacto con personas con problemas que derivan de sus AC, o más bien de no haber sabido que las tenían y no haber encontrado una manera de socializar o haberse encontrado con mucho rechazo social por su manera de ser y actuar. Supongo que tiene que ver también con la suerte, el tipo de compañeros que te toquen y eso. Como dice Paloma la inteligencia es un Don, pero también hay que aprender a vivir con él. Me alegro de que en tu caso saliese todo bien. Un saludo.
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