Si por algo escribo aquí, a parte de porque me gusta y me entretiene, es para dar el
contrapunto a artículos como éste, en el que una maestra critica la labor de las Madres de Día y defiende que: "Los poderes públicos deben garantizar el derecho del niño a la educación desde que nace hasta los 3 años". Me gustaría contribuir con mis reflexiones a romper con
el pensamiento único y uniformador que desde las instituciones y los
colectivos poderosos nos quieren imponer a los ciudadanos. Porque hay
mucho más allá de lo que vemos a nuestro alrededor, porque lo que
hace todo el mundo no es siempre lo mejor, porque es sano cuestionar
y salirse de lo establecido, buscar y escoger otras maneras de hacer
las cosas, aunque haya quien nos critique por salirnos del redil y
trate de meternos de nuevo dentro manipulando la realidad, usando para ello la
estrategia del miedo.
El mundo de la maternidad
y la crianza en el que me muevo tiene muchas escuelas, tendencias y
controversias. Ya lo he dicho muchas veces: sobre lo que deben hacer
los padres (en especial las madres) y sobre como hay que tratar y lo
que hay que hacer con los niños hay múltiples teorías, todo el
mundo opina y todo el mundo trata de sentar cátedra. Incluso yo
misma, con este blog y mis reflexiones quizá esté pecando de
lo mismo, consciente o inconscientemente. Pero soy incapaz de no
revolverme al leer textos como este que trata de quitarnos a los
padres todos los derechos y libertades respecto a nuestros hijos en
favor de terceros desconocidos.
Al igual que ocurre en el
caso de las matronas en su lucha contra las doulas, que no persiguen
el interés de las mujeres y sus bebés si no el suyo propio,
conservar su parcela de poder, la señora que firma este artículo no
persigue el bienestar de los niños si no proteger su puesto de
trabajo y el de sus compañeros, así de simple, no en vano quien firma el artículo es Presidenta de l'Associació de Mestres. Pero al igual
que ha habído miles de oficios que han ido desapareciendo a lo largo
del tiempo, el suyo puede hacerlo también y si eso ocurriera le
tocaría reciclarse o directamente jubilarse, y aquí paz y después
gloria. Y ojalá ocurriese esto y los “jardines de infancia”
“guarderías” o como quieran llamarlos desapareciesen o por lo
menos dejasen de ser considerados por todos los padres como una
necesidad teniendo casi la obligación de recurrir a este tipo de
servicios, porque eso significaría que por fin existirían políticas
de conciliación reales y se ayudaría a la maternidad/paternidad,
valorándose su importante contribución a la sociedad.
Empecemos
por aclarar conceptos, pues criar, educar y enseñar no son lo mismo
y esta mujer como profesional que se supone que es debería saberlo
pero parece que no lo tiene claro.
CRIAR
supone cuidar del bebé hasta que deja de serlo, esto es hasta
que sabe: desplazarse y comer por si mismo y hablar de manera que
pueda entender casi todo lo que le digan y a si mismo hacerse
entender. Un niño está criado cuando es capaz entre otras cosas de, si tiene sed,
servirse él solo un vaso de agua sin derramarlo. Un niño no está
criado hasta que no empiezan a caersele los dientes de leche,
alrededor de los 6 años. Curiosamente esta es la misma edad a la que
se refieren los estudios antropológicos para situar el momento en el
que más o menos terminarían de destetarse definitivamente las crías
humanas si les dieramos la oportunidad de poder mamar hasta entonces.
No es hasta este momento en el que en sitios como en Finlandia, que
tiene año tras año los mejores resultados del Informe Pisa, cuando
los niños son escolarizados y empiezan a tener contacto con la
lectoescritura. En España, sin embargo, con 6 años se espera que
los niños ya sepan leer...
Yo lo tengo claro, la
CRIANZA es o debería ser labor de los padres,
en un principio sobre todo de la madre que es quien tiene los pechos
para amamantar al crío, sostenida por su pareja y el resto de su
familia cercana y amigos que estén por la labor. Las instituciones
públicas deberían facilitar que los padres pudieramos criar a
nuestros hijos, pero el sistema social y económico nos fuerza a
delegar esta labor en terceros, siendo las “guarderías” el
recurso más extendido y fuertemente arraigado actualmente en nuestra
sociedad. Que lo hagamos así porque no nos queda más remedio, porque no
tengamos o conozcamos otras posibilidades (como las denostadas por
esta señora MADRES DE DÍA) no significa que esa sea la única ni
mejor opción, como puse de manifiesto en esta otra entrada de mi blog.
EDUCAR consiste en
mostrar al niño el mundo, enseñarle a relacionarse con él y con
los seres que lo habitan, incluidas las demás personas.
La mejor manera de hacer esto es mediante el ejemplo y aquí de
nuevo el punto de referencia principal debe ser siempre la familia,
con sus costumbres y particularidades. Esta es la grandeza y riqueza
del ser humano, lo que verdaderamente nos diferencia del resto de los
animales: la diversidad dentro de nuestra propia especie, la
existencia de diferentes culturas y formas de pensar y actuar. Como
el ser humano es un ser social que convive con muchas personas, en la
educación influye también el entorno más o menos cercano: familia
extensa, amigos, vecinos, compañeros de colegio, profesores, etc. La
escuela debe contribuir a la educación de los niños pero respetando
siempre la autoridad de los padres y las peculiaridades de cada
familia siempre que éstas no supongan un problema para la
convivencia en el aula. Las normas y convenciones sociales de cada
cultura influyen también en la educación pero no deben ser un
obstáculo a la libertad personal de los individuos. Sabremos que
hemos educado correctamente a nuestros hijos si llegado el momento,
son capaces de pensar por ellos mismos y rebelarse contra esas
convenciones si las consideran injustas y sienten que menoscaban sus
posibilidades de realización personal y de obtención de la
felicidad.
Si todos los niños
fuesen criados y educados por terceros a través de instituciones, se
perdería lo que nos hace humanos, seríamos clones sin personalidad
propia ni capacidad para la creatividad.. Conformaríamos una sociedad de pensamiento único, sin emoción ni espíritu crítico, como la que retrataba Aldous Huxley en su obra "Un mundo feliz".
Por último, la
ENSEÑANZA, consiste en la transmisión de conocimientos
científicos y artísticos que sirvan al niño para
comprender el funcionamiento de las cosas, para explorar sus
habilidades, descubrir cuales son sus intereses y a que
les gustaría dedicar su tiempo y energía en la vida.
Esta faceta la asume a día de hoy “oficialmente” el Estado a través de la escolarización.
Independientemente de lo que opine a cerca de la “forma de enseñar”
imperante, que deja bastante que desear, está claro que no sólo en
el aula se pueden aprender cosas. En casa los niños disponen de
cientos de materiales para su formación, desde libros hasta
internet, que es la enciclopedia de las enciclopedias. También hay
muchos padres con una gran formación y cultura que pueden
explicar cientos de cosas a los niños, complementando los
temarios oficiales o supliendo sus carencias. Incluso hay
quien opta por una educación más personalizada en casa, que
permite al niños centrarse en aquello que mas le interesa,
aprendiendo a su ritmo sin la presión de un temario y exámenes
obligatorios.
Dicho todo esto, decir
cosas como que: "hoy es inadmisible que el derecho a la educación de los niños de 0 a 3 años siga vinculado a la mujer" refleja un profundo desconocimiento
de la naturaleza humana y de las necesidades infantiles, cosa
que me alarma viniendo además de alguien que se supone que ha
estudiado para trabajar con niños. Señora Rosa Sensat, los niños de 0 a 3 años están en época de ser criados. Necesitan cuidados continuos y personalizados, de alguien que les conozca y les quiera. Estar con desconocidos
que tienen que atender a la vez a varios bebés como ellos no es lo mejor para que puedan desarrollarse adecuadamente. Hasta los
dos años no interactúan apenas con sus iguales, lo que necesitan es
una figura de apego adulta a su completa disposición, cosa muy
difícil de conseguir en una institución. Existen infinidad de estudios que demuestran que estar separado de su figura de apego durante largos periodos de tiempo provoca en el bebé mucho estrés que termina afectándole a nivel cognitivo y emocional. Los avances en neurociencia consiguen demostrar los efectos en el cerebro del bebé de estas separaciones. Le recomiendo que lea el libro: "La mejor guardería, tu casa" que defiende exactamente lo contrario que usted.
Los ataques a la
maternidad consciente y responsable son continuos; primero se
maltrata a las mujeres durante el embarazo, sometiéndolas a miles de
pruebas innecesarias que las estresan al preocuparlas por los
posibles resultados, haciéndolas sentir enfermas en lugar de plenas
de vida. Luego se ignoran nuestros derechos en el parto, no se nos
permite decidir como ni con quien parir y ahora se pretende que una
vez dado a luz, vayamos corriendo con las heridas recientes de
nuestras cesáreas y episiotomías innecesarias a dejar a nuestros
bebés recién nacidos a las puertas de los negocios de puericultura,
para que señoritas o señoras como la citada críen a nuestros bebés
como si no tuvieran padres, como si fueran huérfanos.
Me parece una falta de
respeto hacía los padres, un menosprecio a su importancia y
competencia para cuidar de sus propios hijos. Al igual que ocurre con
la controversia entre doulas y matronas, los estudios oficiales y
la titulación no garantizan una buena atención. Ni todas las
puericultoras, maestras o cuidadoras tituladas saben lo que hacen, ni
lo hacen bien, ni tienen sensibilidad ni las condiciones necesarias
en su trabajo para atender adecuadamente a un bebé de 0 a 3 años.
Ni mucho menos los padres somos unos incompetentes y los niños
corren peligro por estar a nuestro cuidado, al de sus abuelos o una
Madre de Día, si los padres, que somos quienes tenemos la potestad
sobre nuestros hijos, lo consideramos adecuado y queremos pagar por
sus servicios, pues es la opción que probablemente más se asemeje al cuidado parental.
Este
tipo de declaraciones me aterran, porque
de pensar todo el mundo como
esta señora y llevarse a
cabo políticas en este sentido como ella reclama, los padres y las madres
nos veríamos reducidos a meros procreadores, sementales unos y
vientres de alquiler otras que darían a luz no hijos si no niños
para el sistema. ¿De verdad ese es el futuro que queremos para la
humanidad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario