miércoles, 17 de diciembre de 2014

CALENDARIOS DE ADVIENTO Y OTRAS MANUALIDADES

El arte no es lo mío, lo admito y lo asumo. Tengo menos creatividad que un poste de teléfono. Nunca se me dió bien dibujar y sacaba la peor nota de todas en Plástica junto con Gimnasia. Por eso el DIY (para los no iniciados significa “Do It Yourself, es decir lo que viene siendo en castellano “Hazlo tu mismo”) no es mi punto fuerte y no me veréis mucho por Pinterest compartiendo mis obras de arte. Pero tengo hijos y eso me obliga a poner manos a la obra en alguna ocasión para ayudarles con algún trabajo del cole o simplemente para pasar el rato uno de esos días fríos en los que no apetece salir a la calle a jugar o pasear.

Tijeras, pegamento, cartulinas de colores, papel charol o pinocho (¿no son lo mismo?), el fieltro o la goma eva que están tan de moda actualmente, son los instrumentos con los que intentar crear algo bonito para decorar la casa o regalar a alguien. Existen miles de blogs que se dedican a dar ideas sobre manualidades, que explican con fotos paso a paso como hacerlas, pero ni por esas consigo hacer nada decente que merezca la pena contemplar y conservar.

Sin embargo este año me he atrevido a hacer los Calendarios de Adviento de los niños. Un currazo, porque hay que construir 24 compartimentos de tipo bolsa o caja en los que meter dulces y/o sorpresas que los niños irán abriendo desde el día 1 hasta el 24 de diciembre, en una cuenta atrás hasta la llegada de la Navidad. Son 24 por niño, usease 48, con sus numeritos y eso, colocados de manera salteada para que tengan que hacer el esfuerzo de buscar el paquete correspondiente a cada día. Me ha costado un montón de tiempo prepararlos y el resultado no sé si ha merecido mucho la pena. Vosotros diréis...


A otro nivel está por ejemplo el que ha hecho mi amiga Marta. Toda una obra de arte digna de un museo. Vamos que pena da hasta abrirlo para sacar la sorpresa de dentro. Con unos rollos de papel higiénico y unos pinceles, esta chica hace maravillas.



Venden unos Calendarios que son cajitas de cartón con troqueles detrás de los cuales hay chocolates (normalmente de mala calidad) con formas de motivos navideños. Son muy baratos y a mis hijos siempre les ha hecho ilusión ir comiéndose cada día el chocolate de turno. Me arrepentí unas cuantas veces de haberme metido a artesana pudiendo haberme agenciado tranquilamente uno de aquellos, como hemos hecho todos los años anteriores. Pero bueno, lo hecho hecho está y creo que a los niños les ha gustado la sorpresa y la novedad. Eso si, estoy reciclando los sobrecitos para volver a usarlos el año que viene. Cuando ya no tengan vida útil pienso hacerme la vida fácil y preparar uno con globos como el de este blog. Sólo hay que comprar los globos, meter lo que sea dentro, soplar y listo. Aunque claro tienes que tener espacio para ponerlos y me imagino a mi gato como loco saltando y explotándolos. ¿Y colgarlos del techo? Uuuummmmhhh.... Bueno, ya lo pensaré el año que viene.

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