miércoles, 28 de enero de 2015

LAS CESÁREAS PROGRAMADAS VUELVEN A SER NOTICIA

“Shakira preparada para dar a luz”, es el titular del artículo de El Mundo que refleja entre otras cosas que “…Como en su anterior parto, la cantante ha programado el nacimiento…”. Surge de nuevo la polémica en torno a esta decisión de la cantante que es comentada en las redes sociales. Las discusiones giran en torno a varios aspectos:
  1. ¿Es acertada su decisión desde el punto de vista de su salud y la de su bebé?
  2. ¿No tiene derecho a elegir ella el tipo de parto que quiera?
  3. ¿Existe un único parto ideal o tantos diferentes como mujeres?
Respecto a la idoneidad de programar una cesárea la evidencia científica es clara y pone de manifiesto que la cesárea no es más segura ni saludable para madre y bebé que el parto vaginal. El paso del bebé por el canal de parto previsto por la naturaleza cumple una serie de funciones como son las de favorecer la maduración pulmonar, preparar el sistema inmune del bebé y propiciar el coctel hormonal que lleva a la madre a vincularse con la criatura que nace. Cesárea y parto vaginal no son equivalentes y en mi opinión no debería sustituirse uno por el otro sin la existencia de una razón de peso para ello. Podéis leer aquí los motivos por lo que no deberían programarse las cesáreas.

Entonces, ¿qué lleva a una mujer a elegir voluntariamente someterse a una operación quirúrgica, poniendo en riesgo su vida y la de su bebé, negándose a sí misma la experiencia de parir y a su hijo la de nacer de manera natural cuando llegue su momento? En la entrada del blog de El Parto es Nuestro: “Cesárea electiva: una moda insana” intenté ponerme en el lugar de esas mujeres y recopilé algunos de los motivos que suelen llevarlas a tomar esa decisión, resumiendo:
  • Con una cesárea evitas la episiotomía.
  • Te ahorras los dolores de un parto.
  • Con una cesárea no te dañas el suelo pélvico.
  • El bebé nace más fácilmente, sin pasar por la vagina.
No sé cuál será el verdadero motivo de la cantante para tomar esta decisión pero puedo asegurar que las afirmaciones anteriores o son falsas o absurdas. Sin entrar a profundizar mucho es evidente que con la cesárea programada te evitas la posibilidad de una episiotomía pero la sustituyes por la certeza de una herida más profunda en tu abdomen. Programando la cesárea puedes no llegar a sentir una sola contracción, pero nadie te va a evitar el dolor que sentirás durante la recuperación de la operación. De manera que las supuestas ventajas de la cesárea no son tales.

Se puede llegar a elegir programar una cesárea por un miedo visceral al parto y en ese caso esta decisión debería estar incluso avalada por el criterio médico, pues con miedo no podemos parir. El miedo es un motivo de peso para valorar la posibilidad de una cesárea pero existen otros motivos más frívolos como: “cuadrar la agenda” o similares, con los que no puedo estar de acuerdo. Por más que quiera empatizar con la mujer que toma este tipo de decisiones, no lo logro.

El panorama actual en la atención al parto es tal que me lleva a criticar esta actitud. Defiendo la libertad en general y en particular de la mujer durante su parto. Llevo muchos años luchando para que el parto sea de nosotras las mujeres y no de los médicos, para que las mujeres podamos elegir los que queremos y lo que no durante el parto, antes y después, para que se respeten esas elecciones y no nos impongan procedimientos que no queremos y no son buenos para nosotras ni nuestros bebés. Pero esa lucha no ha terminado todavía porque siguen sin respetarnos. No se facilitan las cosas a las mujeres que reclaman una atención más sencilla, que buscan parir con tranquilidad rechazando todo aquello que la lógica, su instinto y las autoridades sanitarias dicen que no hay que usar por rutina en los partos normales. Por el contrario se les dificulta la labor obligándolas a pasar un calvario innecesario para dar a luz. Por ello el argumento del “derecho a elegir” no me vale para justificar una cesárea electiva, ya que no todas gozamos de ese derecho a poder elegir. Hasta que no se respeten todas las opciones y a todas las mujeres no veré como algo positivo el que se medicalice porque sí ningún parto aunque la decisión de esa medicalización haya sido tomada por la propia mujer. 

Intuyo también que Shakira no ha tomado esa decisión libremente. Lo ha hecho probablemente influida por el miedo, la desinformación y el mal asesoramiento de sus médicos que le han vendido la mentira de que esa es una opción buena y recomendable cuando no es cierto. Es pues además de perjudicial para su salud, una decisión no informada, no libre y por tanto equivocada.

Por último, se debate también a cerca de las expectativas y la experiencia de cada mujer respecto a su parto. Es cierto que no existe un único tipo de parto, que la “bondad” del mismo es relativa pues depende del criterio de cada cual, y que es fundamental que la mujer se sienta satisfecha con el mismo se desarrolle como se desarrolle. Este pensamiento es muy bonito en la teoría pero en la práctica demuestra tener trampa, pues existen infinidad de mujeres contentas con partos en los que ha habido mal trato y/o mala praxis evidentes pero de los que ellas no son conscientes ¿Qué estén contentas significa que sus partos fueron buenos? No lo fueron objetivamente, ni desde el punto de vista médico, ni desde el punto de vista legal, pues no se siguieron en ellos las recomendaciones de las autoridades sanitarias al respecto, ni se respetó la ley de autonomía del paciente, aunque ellas emocionalmente no demuestren ningún tipo de malestar por ello o no tengan ninguna secuela física que atestigüe la inadecuada atención recibida. Ese tipo de partos medicalizados porque sí no son adecuados aunque las mujeres los soliciten o salgan de ellos felices.

El sistema sanitario debe tender a proporcionar de partida otro tipo de atención distinta y en este camino el “ejemplo” de mujeres que escogen voluntariamente someterse a una cesárea logra “normalizar” algo que no es normal, hacer deseable algo que no es bueno, y en definitiva no ayuda nada a que se produzca el cambio y por fin todas las mujeres podamos ser dueñas de nuestros partos.

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