Como
imaginaba ser tía es genial, pues te quedas con lo que mola del niño
y te libras de lo que no mola tanto. Ver lo bonita que es Lucía,
cogerla en brazos, sentir su calor y su olorcito es maravilloso, pero
cuando se pone a llorar y no consigo calmarla, le paso la “patata
caliente” a su madre para que ella lo resuelva y listo. Aprovecho
cuando estoy con ella para achucharla a tope pero soy consciente de
que luego se irá y yo podré dormir a pierna suelta al contrario que
sus pobres padres. Puede que precisamente por saber eso disfruto más
incluso de la visita. Soy mala, lo sé.
Quiero
ser una tía presente, quiero que me conozca, me reconozca y me tenga
cariño. Para conseguirlo debo pasar tiempo con ella, pues estoy de
acuerdo con eso de que “el roce hace el cariño” y cuando pasan
muchos días sin verla la echo mucho de menos. Además los bebés
cambian tan rápido que de una semana a otra parece una niña
distinta. Todos estamos deseando que llegue el verano en que la niña
tendrá 6 meses para poder disfrutar con ella de la piscina. Espero
que le guste el agua y se lo pase bien chapoteando con sus primos.
Mi
hermana no para de hacerme preguntas sobre que hacer y que no, el
porque de lo que ocurre etc. y yo la mayoría de las veces no se que
responderla, bien porque se me ha olvidado o porque nunca supe la
respuesta. Ella refunfuña porque yo no le soluciono la papeleta pero
enseguida se le pasa. Siento no poder ayudarla más pero se que ella
tiene inteligencia, intuición y sensibilidad como para conseguir
superar todas las dificultades y si se siente perdida ahí está San
Google para proporcionarle ideas entre las que elegir. Hoy en día
las mujeres no tenemos una tribu real que nos soporte en nuestra
maternidad pero gracias a internet existen muchas tribus
virtuales, foros de madres a los que podemos acceder en busca de
consejo, apoyo o desahogo. También existen grupos de madres que
se reúnen presencialmente para charlar y compartir sus
experiencias maternales. Estas son herramientas que pueden
ayudarnos a no sentirnos tan solas y aisladas mientras
cuidamos a nuestro bebé.
Si mi
hermana y yo viviéramos puerta con puerta, saldríamos de paseo
juntas, le sostendría a la niña mientras se ducha, me quedaría con
ella si su madre tuviera que ir a algún sitio, les llevaría a casa
lo que necesitasen si no pudiesen o les apeteciese salir, etc. Sé
lo duro que es cuidar a un bebé y lo necesitada de compañía que
podemos sentirnos las mamás. Me gustaría ser más útil pero mi
hermana vive lejos de mi y no nos es fácil vernos. Por eso espero
con mucha ilusión el día que quedamos y estoy siempre disponible al
otro lado del teléfono por si me necesita.
Pues que sepas que eres la mejor tía que Lucía puede tener.... Mucho mejor tía que yo...
ResponderEliminarAyyy! Pero que monas sois las dos! Muak
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