Ciencia, sentido común y responsabilidad. Esto es lo que le falta a
este señor y a su execrable libro por lo que podemos deducir de la presentación
del mismo. Por eso te pido que firmes esta petición para que a este señor se le
caiga el pelo por decir tantas barbaridades.
La lógica me incita a pensar que
las Autoridades Sanitarias y sus Recomendaciones deberían ser la tabla
de la ley para quienes ejercen la medicina. La realidad se empeña en demostrar
que no es así en muchas áreas de la misma. La novedad, lo que asusta e indigna de
este caso es que un profesional contradiga
abierta, deliberadamente y sin ningún tipo de vergüenza dichas recomendaciones,
saltándose en el camino no sólo las conclusiones de cientos de estudios
científicos si no también el más simple y evidente sentido común.
¿Destetar a un bebé de 4 meses, para darle leche de vaca en lugar de
leche humana? ¿De verdad se creé que es más sano para un ser humano tomar la
leche de otra especie antes que la propia? ¿Problemas con las papillas? ¿Quién dice
que las papillas sean buenas y/o obligatorias?
Me gustaría saber que estadísticas
y estudios maneja para hacer afirmaciones como estas:
“¿Acaso un niño de dos años de edad medio desnutrido, con estigmas raquíticos y anémico, no es una “víctima” del actual dogmatismo? Y eso sin hablar de los complejos de Edipo severos que están aflorando ante amamantamientos tan prolongados.”
“¿Acaso un niño de dos años de edad medio desnutrido, con estigmas raquíticos y anémico, no es una “víctima” del actual dogmatismo? Y eso sin hablar de los complejos de Edipo severos que están aflorando ante amamantamientos tan prolongados.”
Que no digo yo que no pueda haber
un niño de pecho malnutrido, igual que puede haberlo tomando biberón. Pero de
ocurrir, habría que tomar en consideración muchos aspectos además del tipo de
lactancia. Establecer relaciones
causales tan alegremente y generalizarlas es algo muy osado. La ciencia no respalda estas afirmaciones
y hacerlas pone de manifiesto una animadversión
profunda hacia el amamantamiento, un
querer desprestigiar el hecho de dar teta adrede no sé con qué propósito, como
no sea el de seguirle el juego a quienes fabrican y venden la leche artificial.
La leche materna es lo mejor para
los niños de 3 meses, de 6 meses, de 1 año, de 2 años, de 3 años… Los niños que
disfrutan de una lactancia prolongada comen de todo, lo que les apetece comer y
lo que necesitan, desde el momento en que pueden hacerlo, de igual manera que
los que se alimentan con biberón, por lo que no tienen ninguna carencia nutricional derivada del hecho de seguir tomando teta. Decir otra cosa es mentir. El delito de este señor es mayor porque
supuestamente es un “profesional” de la salud, en el que las usuarias depositan
su confianza y por tanto puede influir y perjudicar a muchas familias con sus
comentarios falsos y fuera de lugar, basados únicamente en sus propios
prejuicios.
Este señor que dirige la Unidad
de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Infantil de un hospital también se
erige así mismo en psicólogo y psiquiatra diagnosticando problemas emocionales
en los niños que toman teta. Me pregunto de nuevo que conocimientos tiene, que
experiencia y que estudios ha realizado para llegar a estas conclusiones, porque
los que yo conozco dicen exactamente lo contrario: la lactancia materna genera vínculos fuertes y sanos, niños
independientes, con carácter y resolutivos. Quizá debería analizarse a sí mismo
o hacerse analizar por algún profesional competente para encontrar la raíz de
su enconamiento contra la lactancia materna.
Escribir, editar, publicar, y vender este libro es un atentado contra
la salud, una falta absoluta de responsabilidad por su parte. No sé cómo no
se muere de la vergüenza de firmar tanto despropósito. Él debería dimitir pues ha demostrado que no tiene conocimientos
actualizados ni dignidad para desempeñar su puesto. Considero un agravio
que con el dinero público, el dinero de todos, mi dinero, se esté pagando a
semejante ejemplar. El Ministerio de Sanidad
por su parte debería promover la retirada de un libro que tanto mal puede hacer.
Como apunte personal, quiero hacer una reflexión acerca del vocabulario
utilizado por este señor. Por ejemplo, “patrón oro” es una expresión que jamás
he oído en referencia a la leche materna y eso que yo he leído bastante sobre
este tema. Creo que este señor no sabe
de lo que habla, simplemente se ha subido al carro de la lactancia materna para
crear polémica y lucrarse con ello. Por otro lado, no sé a qué tipo de
público va dirigido su libro, pues vocablos como “desmedro” no se utilizan
habitualmente en el lenguaje coloquial, y denotan, desde mi punto de vista, una
forma de hablar y entender el mundo propias de otra época. He podido leer
escritos de otros “saurios” con la misma prosa florida, textos alejados del
mundo actual y de su realidad, que se nota escritos por personas ancladas en el
pasado, desactualizadas y sin ganas ninguna de aprender nada nuevo. Son
personas que hablan para sí mismos, que les gusta escucharse repitiendo
cantinelas antiguas, y que tratan de aferrarse a sus conocimientos caducos y
difundirlos para lograr que no nos abandone nunca su tufo a naftalina. Lo
siento por ellos, porque su tiempo está acabando y no podrán impedir que la
ciencia, el sentido común y la responsabilidad se impongan en el mundo
sanitario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario